A través de donaciones administradas por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Ecuador podrá recibir al menos la mitad de los 7.000 millones de dólares que dejarían de percibir por la explotación de 850 millones de barriles de crudo ubicados en importante zona de la selva amazónica.
Este recurso, ubicado justamente en el Ihspingo-Tambococha-Tiputini (ITT), yace en el corazón del Parque Nacional Yasuní, de 982.000 hectáreas y que alberga una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo.
Es por esta contradicción que el gobierno ha llevado a cabo este esfuerzo por acercarse “a la utopía de tener un planeta con respeto a los derechos de los seres vivos”, según expresiones de la ministra de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, durante la firma de la creación del fondo.
Las donaciones recibidas serán administradas por la ONU, pero será el país ecuatoriano quien decida en qué proyectos se invertirá.
Se espera empezar con 100 millones de dólares, durante los primeros 18 meses del acuerdo. Sin embargo, si no se logran las metas en un tiempo prudencial, Ecuador podría decidir explotar el recurso de ITT, pues a cambio de las donaciones se emitirán certificados de garantía, que concederían la devolución de sus aportes.
Cabe señalar que dicha zona significa el 20 por ciento de las reservas petroleras del socio más pequeño de la OPEP, pero fue declarada por Unesco como Reserva Mundial de Biósfera en 1989, por albergar, según estudios por hectárea, 655 especies de árboles y arbustos, 590 especies de aves, 80 tipos de murciélagos, entre otras especies.
Se ha logrado el apoyo formal de Alemania, Bélgica, Unión Europea, Italia y España; y el gobierno planea una gira por países árabes y otras naciones, para solicitar apoyo a la iniciativa.
El éxito de este plan, evitaría la emisión de 407 millones de toneladas de carbono a la atmósfera, equivalentes a las emisiones que realizan países como Brasil o Francia en un año.