El PRI, principal partido de oposición en México, ganó la mayoría de cargos en los comicios regionales celebrados este domingo, pero perdió en tres de sus principales bastiones en lo que parece significar una señal de que la contienda presidencial del año 2012 no será nada fácil.
De acuerdo con medios de información mexicanos, las elecciones del domingo pasado habrían dejado -en opinión de analistas locales- más dudas que certezas con relación a los comicios presidenciales del 2012, pues se considera que no es claro aún qué grupo político tomaría la delantera en un escenario de debilidad económica y de dramática violencia del narcotráfico.
Sobre los resultados, cabe destacar que el PRI ganó nueve de las 12 gobernaciones que estaban en disputa, pero el oficialismo, tras una cuestionada alianza con la izquierda, le arrebató los estados de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, tradicionalmente priístas.
Según datos preliminares de institutos electorales difundidos el lunes, el PRI mantuvo los gobiernos de Hidalgo, Quintana Roo, Chihuahua, Veracruz, Durango y Tamaulipas y arrebató al oficialista Partido Acción Nacional (PAN) Aguascalientes y Tlaxcala.
No obstante, en Durango y Veracruz la ventaja de los candidatos priístas sobre sus más cercanos rivales era corta, por lo que era necesario esperar a los resultados finales que se darán a conocer durante la semana.
El PRI también ganó en Zacatecas, donde gobierna el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero perdió a manos de una alianza del PAN con el PRD importantes bastiones como Puebla y Oaxaca, donde sus actuales gobernadores fueron acusados en distintas ocasiones de corrupción y autoritarismo.
Cabe indicar que las elecciones del domingo pasado, para las que estaban convocadas más de 30 millones de personas, transcurrieron con relativa normalidad a pesar del asesinato hace una semana del candidato priísta al gobierno del norteño estado de Tamaulipas y de unos comicios marcados por la amenaza de la violencia del narcotráfico.