Agentes especializados del Frente Policial Huallaga (FPH) hallaron un inmueble rústico en el que se había acondicionado un laboratorio de producción de pasta básica de cocaína, una modalidad que no había sido vista antes en la zona, a excepción del año 2005, cuando se encontraron otras instalaciones similares en el valle del Monzón.
Tras confirmarse datos de inteligencia, unos 40 agentes del Departamento de Operaciones Tácticas Antidrogas, de Tingo María, jurisdicción del FPH, que comanda el general PNP Marlon Savitzky Mendoza, se desplazaron hacia la localidad de Huáscar, al norte de esta ciudad, para golpear las actividades ilegales de los traficantes conocidos como “Villco”, “Chito”, “Ñoño” e “Ishtico”, que operaban en la zona.
Los agentes ingresaron a este sector y fueron recibidos por los pobladores con una descarga de fuegos ratifícales, con cohetes y otros artefactos pirotécnicos, que hacía presumir que se trataba del aniversario del poblado, sin embargo, según se pudo comprobar minutos después, esta era la forma en que los narcotraficantes recibían el mensaje del ingreso de la policía y que debían huir del lugar.
Al ubicar el punto exacto dado en las informaciones de inteligencia, los agentes se sorprendieron al notar que no existía un laboratorio rústico ordinario, es decir, al aire libre, como ocurre siempre, sino que éste se encontraba al interior de una vivienda de material rústico, con techo de calamina y acondicionada para procesar aproximadamente 90 arrobas de hoja de coca.
En el lugar fueron hallados los indicios que los vigilantes que la resguardaban habían huido minutos antes, al ser alertados por los artefactos pirotécnicos.
El fiscal Daniel Jara Espinoza dispuso la destrucción de las instalaciones de la “casa-poza” y todo lo que se encontraba al interior, así como la red de tuberías que vaciaban los desechos químicos al río Huáscar.
Seguidamente los agentes hallaron, en las cercanías, otra pequeña vivienda que servía de centro de acopio de insumos químicos, encontrando al interior una tonelada de ácido sulfúrico y 300 kilos de hoja de coca seca y lista para ser transformada e droga, todo ello también fue destruido en el mismo lugar.
El jefe de la operación, comandante PNP Jaime Montes Arguedas, confirmó que se trata del primer hallazgo de una “casa-poza” en esta jurisdicción y que anteriormente, en el 2005, se ubicaron las primeras en las localidades de Maravilla y Río Espino, pertenecientes al valle del Monzón.
Estas instalaciones las hacen los narcotraficantes para evitar que las pozas sean vistas desde el aire con el patrullaje de los helicópteros que se usan en la lucha antidrogas.