Con un desorden evidente se realizó el simulacro de sismo de 7 grados en la escala de Richter, que se desarrolló en Tingo María con la participación activa de miembros del Ejército y de representantes de las instituciones públicas.
Todas las instituciones públicas fueron comunicadas de la realización de esta acción preventiva, pero en el Servicio de Emergencias del Hospital de Tingo María nadie estaba enterado del simulacro y los trabajadores se sorprendieron cuando comenzaron a llegar los supuestos heridos y afectados por el fuerte movimiento sísmico.
En las instituciones educativas la situación fue algo distinta, aunque tampoco muy alentadora. Cuando sonaron las sirenas, los escolares salieron de sus aulas para adoptar las medidas de seguridad necesarias, pero las ambulancias y otros vehículos destinados para atender la contingencia demoraron mucho tiempo en llegar y en algunos casos ni llegaron.
A pesar de la situación descrita, el capitán EP Roberto Flores sostuvo que se logró desarrollar el plan elaborado para estos casos y se desplegaron convenientemente los elementos de seguridad con el fin de ayudar en la evacuación de personas, la seguridad de las instalaciones y la ayuda mutua entre los ciudadanos.