Perú 21. Estuve el viernes en Tarapoto presentando una ponencia para comunidades emprendedoras de la selva, organizada por PDA (Programa de Desarrollo Alternativo), Devida y Somos Empresa. El programa busca que 400 comunidades en Ucayali, Huánuco y San Martín presenten emprendimientos sociales y económicos como alternativa a la siembra ilícita de hoja de coca.
Viendo los productos y proyectos de las comunidades que se presentaron el año pasado, pensé que la actividad del narcotráfico no solamente es ilegal, sino que, contra lo que algunos piensan, no genera ni ingresos ni desarrollo para las zonas productoras.
Son más de treinta años de sembríos ilegales que no han producido ningún beneficio para los emprendedores de la zona, migrantes que han llegado a esta parte de la selva en busca de un futuro mejor.
Muchos de ellos intentaron avanzar en las nuevas tierras que conquistaron como pioneros y, tanto el Estado como los gobiernos, les volvieron la espalda.
Ante esto, algunos de ellos, pero principalmente sus hijos, optaron por el camino fácil que les ofrecía el narcotráfico. Sin embargo hoy, después de décadas sumidos en la misma pobreza, se dan cuenta de que esta no es una opción para el desarrollo.
Cultivos de café orgánico, sacha inchi, palmito, turismo vivencial, artesanía local, entre otras actividades, son, actualmente, opciones muchísimo mejores que la siembra de coca para los emprendedores de esta zona. Es necesario eliminarles algunas barreras y ayudarles a abrir mercados, y así evitar el camino fácil que solo conduce a ingresos mínimos y a vivir con el temor de lo ilícito.
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