Uno de los principales retos comunes que deben ser resueltos por la comunidad de países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) es el de las drogas, ante el cual se debe trabajar en forma conjunta, destacó Albert Ramdin, secretario general adjunto de dicha organización, en el marco de la 40ª Asamblea General de la OEA, que se inició anoche en Lima.
Este enfoque se da en el marco del tema principal de discusión de la Asamblea General: Paz, Seguridad y Cooperación, cuyos acuerdos permitirán a los países miembros reafirmar su compromiso ante la organización, ante la sociedad en su conjunto, y desarrollar la agenda para el futuro de las Américas.
«El tema que Perú ha escogido para la 40ª Asamblea General de la OEA es de vital importancia para el futuro de las Américas. Si se habla de paz y cooperación también se habla de estabilidad. Tenemos muchos retos en común que resolver y, por tanto, debemos trabajar juntos en la reducción de la pobreza, relaciones políticas, tráfico de drogas, tráfico de armas, desigualdad de ingresos, pobreza extrema, concentración poblacional en zonas urbanas y desempleo juvenil», indicó.
El diplomático agregó que esos tópicos generarán la discusión de cómo desarrollar la agenda de las Américas para el futuro, afectando la vida y el destino de millones de personas, especialmente aquellos que se encuentran entre los grupos más vulnerables.
El narcotráfico es una de las principales amenazas a la seguridad y la paz continental, pues sus repercusiones son de violencia, muerte y criminalidad, y está asociado al incremento de la inseguridad en las ciudades y en el sector rural.
Colombia, Bolivia, Perú y México, por ejemplo, están sufriendo en carne propia los embates de las mafias dedicadas a la producción y consumo de drogas, así como la destrucción del medio ambiente debido a actividades vinculadas con esta práctica ilícita.