La Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente (DEMUNA) de la Municipalidad Provincial de Leoncio Prado, recibe un promedio de dos denuncias diarias de explotación infantil en trabajos nocturnos, señaló el doctor Arsenio Guevara, jefe de la oficina local.
Lo más sorprendente es que son los propios padres quienes impulsan esta ilícita actividad, pese a gozar de plenas facultades físicas y mentales. La mayoría de casos se refiere a la venta de golosinas a altas horas de la madrugada. Pero no solo eso, también se recepcionaron denuncias desde el lavadero de oro de Supte-San Jorge, donde los niños son utilizados en las tareas más peligrosas, incluido la manipulación de mercurio, muy tóxico.
La doctora María Isabel Ayasta, Fiscal de Familia de Leoncio Prado, señaló como muy preocupante el trafico de niñas que son explotadas sexualmente en bares y cantinas que pululan en la zona norte de esta ciudad. Alentó a que las autoridades combatan decididamente este flagelo con planes concretos de acción.
A su turno, la enfermera Danny Salcedo, jefa de la Posta de Salud de Naranjillo, distrito de Padre Luyando, también salió al frente para defender el derecho de 37 niños de entre 8 y 15 años, que son explotados laboralmente. Los chicos trabajan en pésimas condiciones, en las decenas de fábricas de cajones de madera para frutas que abundan a lo largo de la carretera Fernando Belaunde Terry, recibiendo apenas 10 céntimos por cajón fabricado.