El ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi consideró que la situación que se observa un año después del llamado ‘baguazo’ deja ver que «la impunidad sigue campeando en el Perú», pues «prácticamente no hay responsables de lo ocurrido», es decir, de la muerte de 34 personas el 5 de junio de 2009 en la denominada ‘curva del diablo’, en la selva de nuestro país.
En conversación con el programa radial Diálogo Ciudadano, que INFOREGIÓN emite los fines de semana, Rospigliosi recordó que «como consecuencia de los hechos, hay solamente tres personas detenidas, el juicio va a paso de tortuga y el Gobierno ha llegado a un acuerdo bajo la mesa con el dirigente principal del AIDESEP, Alberto Pizango, que hace algunos días regresó tranquilamente al Perú y fue puesto de inmediato en libertad».
Agregó que «la que fue ministra del Interior en aquel entonces, la señora Cabanillas, responsable directa por negligencia criminal de los hechos ocurridos, se lavó las manos y se fue tranquilamente del ministerio sin que nada ocurriera».
El analista consideró que «todos estos hechos demuestran que la impunidad sigue campendo en el Perú. Esa es una situación muy lamentable», añadió.
No aprendieron nada
Por ello, el ex titular del Interior opinó que, tanto las autoridades del Gobierno como los dirigentes de los nativos, «no han aprendido nada» tras doce meses de ocurridos los hechos de violencia que calificó como «la peor matanza que ha habido en la historia del Perú en un tema de orden público y la peor masacre de policías en la historia».
Recordó, en ese sentido, que el dirigente Pizango azuzó a la población nativa durante los hechos del 5 de junio de hace un año, al engañarlos con la versión de que existían cientos de nativos muertos, por lo que estos reaccionaron matando a los policías que se encontraban rendidos en la estación seis y en la curva del diablo.
«[El accionar de Pizango] es la típica provocación de dirigentes irresponsables que azuzan la violencia y el resultado de eso fue que los nativos asesinaron a muchos policías en la estación número seis y también en la ‘curva del diablo’, policías que estaban desarmados y que se habían entregado», dijo.
«No es que los policías murieron en un enfrentamiento, sino que fueron asesinados de la manera más cruel y vil por estos nativos que no tienen ninguna justificación para ese crimen cruel y vil que cometieron», sentenció.
Del mismo modo, criticó la acción del Gobierno que no daba respuesta en su momento a los reclamos de los pueblos originarios, pues «no decían ni sí ni no, sino que trataban de mecer a la gente, que es una pésima política que no dio ningún resultado y desembocó en una tragedia».
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