Está claro que los insumos para la elaboración de la pasta básica de cocaína generan problemas sustancialmente en el entorno y especialmente en el recurso hídrico, al que contamina, así como la destrucción de los bosques, señaló el biólogo Juan Eduardo Gil Mora, especialista en gestión ambiental refiriéndose a la situación del Alto Huallaga.
“La deforestación es otro problema muy serio en nuestro país, que debiera preocupar al gobierno central y a los gobiernos regionales. En la región Cusco, por ejemplo, se deforestan aproximadamente dos mil hectáreas –de bosques- al año, y uno de los ingredientes que conducen a esta destrucción es el cultivo de la hoja de coca en términos ilegales», advirtió.
El biólogo dijo que pese a los esfuerzos de los diversos niveles del gobierno, la deforestación calculada en 50 mil hectáreas anuales, avanza a gran velocidad. Entre tanto, los planes de reforestación son más lentos y no llevan el ritmo que imprime la agresividad de los campesinos cocaleros.
La situación es muy crítica y se ha convertido en un verdadero problema nacional, lo que obliga a plantear soluciones para frenar esta destrucción que parece no tener límites.