El presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, insistió en que las comunidades nativas amazónicas fueron manipuladas y desinformadas en Bagua, y dijo que esa situación generó un clima de violencia que terminó con la muerte de 34 personas el 5 de junio de 2009.
“Una cosa son las comunidades nativas, y otra somos quienes formamos parte del resto del país, que históricamente no supimos entender ese proceso. Pero también no hay que olvidar un componente de quienes desinformando a las comunidades nativas generaron el clima de violencia del 5 de junio. Eso tiene que quedar muy claro”, subrayó en entrevista con BBC Mundo.
El jefe del Gabinete Ministerial consideró que hace falta una nueva dirigencia indígena y negó, con vehemencia, que el gobierno tuviera que disculparse por lo que ocurrió hace un año.
“El gobierno no va a disculparse. De ninguna manera. No olvide usted que el señor Pizango fue el que convocó al país a una rebelión contra un gobierno democrático. Yo quisiera diferenciar a los apus, que son gente sana, que quieren dialogar, que quieren integrarse al país, y estos dirigentes ideologizados, que no son reconocidos por la mayoría de las comunidades indígenas”, expresó.
Además, sostuvo que quienes deben pedir disculpas son los que mataron a los policías. “Pero aquí hubo personas que indujeron a error a las comunidades indígenas, por eso es que hay 24 policías muertos, vilmente asesinatos, un desaparecido y nueve hermanos indígenas muertos”, agregó.
Sin embargo, Velásquez Quesquén afirmó que los trágicos sucesos de Bagua dejaron al gobierno una lección dolorosa, “pero también de aprendizaje”.
“Y a partir de ahí, la convicción de que esta relación con los hermanos nativos tiene que tener una plataforma de voluntades que estén orientadas a compatibilizar la estructural situación de abandono en la que han estado y el propósito de buena fe que tuvo el gobierno de impulsar en esa zona una propuesta de modernidad para sacarlos de la condición que están”, indicó.
También admitió que uno de los errores que cometió el Estado, no el gobierno, es haber tenido esta brecha histórica de comunicación con las comunidades indígenas.
Finalmente, enfatizó que el gobierno peruano no se precipitó en sacar los decretos ley que fueron cuestionados por las organizaciones nativas y que fueron la principal causa de las protestas indígenas. “No, no hubo precipitación. Yo creo que eso se hizo al amparo de un modelo de desarrollo que nosotros hemos ofrecido al país y que es respaldado por el país”, anotó.