Un reportaje del diario El Comercio, publicado el día de hoy en su edición impresa, da cuenta de la incertidumbre que se vive en el distrito cusqueño de Kimbiri, en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), donde la propiedad del terreno en que se levanta la ciudad no tiene propietario definido. INFOREGIÓN reproduce el texto periodístico y las imágenes del reportaje a continuación.
El Comercio. En un sentido político-militar, Kimbiri, pueblo ubicado en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), fue considerado desde mediados de los años 80 el prototipo de una zona sin control en la que el monstruo de dos cabezas —narcotráfico y terrorismo— había conseguido establecer su ecosistema propio.
En un sentido físico-legal, en cambio, y situándonos cronológicamente en el presente, este distrito de la provincia cusqueña de La Convención se ha convertido en una tierra sin dueño oficial (o con muchos dueños, que es peor).
Kimbiri pasó, entonces, de ser una tierra de nadie a ser una tierra de no se sabe quién.
Lío irresuelto
Este problema —que amenaza con convertirse en crisis— empezó en 1956, cuando el hacendado limeño Alfonso Eduardo Risco Escobar obtuvo el título de propiedad de un terreno de 1.011 hectáreas y 1.750 metros cuadrados, que se conoció siempre como el fundo Eduardo. Risco utilizó un sector de este terreno para el cultivo de barbasco.
Sin embargo, en abril de 1966 el Ministerio de Agricultura, a través de la Resolución Suprema 183, declara la caducidad del título debido a que Risco no había cumplido con aprovechar el espacio agrícola, tal como lo estipulaba la ley durante la reforma agraria. Esta disposición fue apelada por el hacendado, pero meses después el ministerio ratifica la caducidad del título de propiedad, todo ello en la Resolución Suprema 332.
Mientras esto ocurría, Eduardo Risco sentía que las sombras de la guerrilla se podrían convertir en una amenaza contante y constante, así que se alejó de la zona por varios años.
Tiempo después, en 1978, una nueva resolución del Ministerio de Agricultura resolvió que las 1.011 hectáreas y 1.750 metros cuadrados fueran revertidos al dominio del Estado.
Crecimiento urbano
Para entonces, Kimbiri había ido creciendo con cierto desorden. Un día de 1992, Héctor José Villanueva regresó a lo que era un terreno suyo y se dio con una ingrata sorpresa. Él, que se había refugiado en Lima cuando Sendero Luminoso le dio diez días para abandonar su cargo de alcalde de San Francisco (ubicado frente a Kimbiri, cruzando un puente sobre el río Apurímac), encontró que su predio había sido vendido a otra persona, y que había sido demandado por este nuevo dueño.
“De pronto, terrenos ocupados durante años habían sido vendidos por Risco”, reclama Villanueva, que ahora es vicepresidente de la Asociación de Vivienda de Kimbiri.
En el 2001, el juez Fredy Vengoa, del Juzgado Mixto de La Convención-Quillabamba, dispuso que se inscribiera a favor de la Dirección Regional Agraria de Cusco la reversión del predio del fundo Eduardo.
Las apelaciones y postergaciones hicieron que llegue el año 2008 y aún no se efectuara tal orden de reversión, así que la Municipalidad de Kimbiri pide al juzgado que se remitan los partes judiciales respectivos. Sin embargo, el juez Waldir Urruchi, que había sido nombrado titular del mencionado juzgado mixto, declaró improcedente el pedido municipal alegando que no existía un expediente al respecto.
Este nuevo entrampamiento —en medio de quejas ante altas instancias judiciales y recursos legales de uno y otro lado— continúa. Mientras tanto, Risco sigue vendiendo derechos y acciones de lotes e, incluso, han aparecido revendedores que al ofrecer estas ventas han generado una sensación de tensión alarmante.
Uno de los compradores fue un ciudadano identificado como Carlos Torres, cuyo lote adquirido incluía cinco hectáreas de un terreno que actualmente pertenece a la comunidad asháninka de Sampantuari.
Hubo protestas, hubo amenazas de expulsión (que por poco no se materializaron). Hubo, finalmente, una voz de protesta que este Diario escuchó pocos días atrás y que se basa en lo que explicaba Olga Roca, jefa de esta comunidad nativa: “La propiedad de la tierra es un derecho sagrado para un nativo. Esta tierra la ocupamos desde nuestros ancestros, y la vamos a defender”.
Los rostros de los nativos de Sampantuari que aparecen en la foto que ilustra esta página no solo advierten un fastidio acumulado: esas facciones reflejan una incertidumbre ininterrumpida.
SEPA MÁS
1. El juez Waldir Urruchi, del Juzgado Mixto de La Convención-Quillabamba, fue denunciado ante la Oficina de Control de la Magistratura por presuntas irregularidades.
2. “La solicitud de reversión se hizo fuera de tiempo. No depende de este juzgado resolver el problema”, declaró Urruchi a El Comercio.
3. Guillermo Torres, alcalde de Kimbiri, explicó que por no estar resuelto el saneamiento el municipio no puede recaudar impuestos prediales.
El Comercio también publicó la versión del antiguo propietario:
SE DEFIENDE DE ACUSACIONES
Antiguo propietario insiste en que tierras siguen bajo su dominio
Este Diario intentó conversar con Eduardo Risco sobre la situación de los predios ubicados en Kimbiri, pero él se encontraba mal de salud.
Su apoderado y asesor legal, Antonio Solís, sostiene que Risco sigue siendo propietario de estas tierras, y que las autoridades de Kimbiri, como los miembros de la Asociación de Vivienda, buscan sorprender al Poder Judicial.
Según Solís, el pedido de la Municipalidad de Kimbiri de que se ordene la reversión de los títulos de propiedad al Estado ya prescribió, debido al tiempo que pasó para realizar este trámite.
Él basa su argumento en una resolución de la Sala Mixta Itinerante de la Corte Superior de Cusco, que declara improcedente el pedido de la municipalidad; esta resolución fue publicada el 22 de octubre del 2009.
“La Corte Suprema debe ratificar nuestra situación como propietarios, y nosotros podemos seguir vendiendo derechos y acciones. Sin embargo, estamos llanos a dialogar pacíficamente con la población de Kimbiri para hallar una solución al problema”, comentó Solís, e indicó que años atrás se acordó vender tierras a S/.1 el metro cuadrado, aunque luego los pobladores de Kimbiri rechazaron la propuesta.
Sin embargo, “dialogar pacíficamente” es cada vez más difícil y las acusaciones mutuas han llegado ya a denuncias formales, como la que Risco —a través de su apoderado— interpuso en el 2008 contra el alcalde de Kimbiri, Guillermo Torres, y varios dirigentes de la Asociación de Vivienda por los presuntos delitos de apología al terrorismo, asociación ilícita para delinquir y tentativa de homicidio, entre otros.
LA CIFRA
70%
Del terreno del fundo Eduardo ha sido vendido (como derechos y acciones), según Antonio Solís, apoderado de Eduardo Risco. Entre los compradores figuran colonos que llegaron a la zona para sembrar tierras agrícolas.
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