El general (r) de la Policía Nacional Gustavo Carrión Zavala reflexiona en su columna del blog Espacio Compartido sobre diversos elementos de la actualidad nacional, como el indulto anulado al hoy prófugo José Enrique Crousillat, a partir de la frase «no pudiendo lo de siempre durar siempre», del autor portugués José Saramago. INFOREGIÓN reproduce a continuación el texto.
“…NO PUDIENDO LO DE SIEMPRE DURAR SIEMPRE…” / Gustavo Carrión Zavala
Encontré esta expresión genial en una inolvidable novela del gran José Saramago y no pude resistirme a relacionarla con la escena nacional, en donde parece que lo de siempre si puede durar siempre, a no ser que la indignación popular motive un nuevo rumbo a nuestra incipiente democracia.
Lo de siempre: faenones, corrupción, mata perros, lava pies, come pollo, contrataciones figuradas, concesiones amañadas, Bagua, moqueguazo, compras sobrevaluadas de patrulleros y porta tropas, derechos de gracia e indultos humanitarios manipulados (Crousillat, Dianderas) , empresas vinculadas a personajes del partido de gobierno que le sacan la vuelta al impedimento de contratar con el Estado y se convierten en sub-contratistas de los consorcios que si ganan las licitaciones, petroaudios, Canan, visitas a la suite siniestra del Country Club, postulación a la alcaldia de Lima del probadamente corrompido Kouri en la salita del SIN, escuadrones de la muerte, pishtacos, mamanchuras, reconstrucción a ritmo de tortuga de la zona del sismo del sur, enjuagues de procesos corruptos, protección cerrada a los corruptos, favorecimiento (cárcel especial, cambio de régimen, paseos extra-muros, permisos dudosamente humanitarios, concierto privado de los iracundos, etc.) al sentenciado por homicida, secuestrador y ladrón Fujimori, incomprensible 20% de intención de voto para la hija del sátrapa, auspicio de espectáculos con dinero público, intentos de hacerse con parte de los medios de comunicación, crecimiento incontrolable de la inseguridad, tanques chinos, fracaso absoluto en la lucha contra el TID (permisividad), amenazas a la democracia (decidir quién no debe ganar las elecciones), e innumerables etcéteras, difíciles de enunciar en espacios reducidos.
En el caso vigente de Crousillat y las razones expuestas por el primer ministro para dejar sin efecto el indulto humanitario otorgado por el presidente, no permiten lugar a dudas sobre lo manipulado del proceso que llevó finalmente a la decisión presidencial de concederlo. Dijo Velásquez Quesquén, que Crousillat “no había honrado la gracia concedida”. La pregunta lógica, ¿ cómo se hubiese honrado? Primera respuesta: si en realidad estaba grave, y como dijo el presidente, era humanitario dejarlo morir en libertad, la forma de honrar la gracia concedida lo constituía el realmente morirse, pero como queda demostrado, su estado de salud no acusaba ese riesgo inmediato, nos queda la segunda respuesta: el proceso fue manipulado, el beneficiado no estaba realmente grave y la forma de honrar la gracia era el seguir haciéndose el enfermito. La inferencia surge inmediatamente, de lo dicho por Velásquez no queda duda de la manipulación del proceso a partir de la decisión política de concederlo, con el aparente propósito, confirmado por los actos de Crousillat, de pretender retomar el manejo de un medio de comunicación estimado como hostil al gobierno.
Todas estas consideraciones nos llevan a la urgencia de proponernos no permitir que “lo de siempre dure siempre”, y para ello el mejor instrumento que tiene la ciudadanía, además de tomar conciencia de lo que no debe continuar sucediendo, es meditar su derecho soberano a elegir y evitar a través del voto, que los mismos rostros, las mismas malas costumbres, el mismo despotismo, el mismo desprecio por la democracia, la misma corrupción, la intemporal pobreza, se enquisten por siempre en nuestra realidad.
Reflexionemos finalmente sobre la expresión de Saramago : “no pudiendo lo de siempre, durar siempre”.