Acaba de realizarse una importante feria agropecuaria en Tocache, la que hasta hace cinco años fuera provincia privilegiada por los sembríos de coca, la producción de droga, el acopio de clorhidrato, el consumo de impresionantes tonelajes de insumos tóxicos, la fecundidad ejemplar de sus pozas de maceración, etcéteras. Es decir, la que fue el VRAE de hoy.
En Tocache sí se pudo erradicar 30 mil hectáreas de hoja de coca y realizar un auténtico y eficaz programa de sustitución de cultivos; se pudo sembrar tres productos de exportación y alta rentabilidad: café, cacao y palma aceitera.
Hoy son esos los nombres de la prosperidad legal, el trabajo honesto y la vida limpia de una población que renunció al delito y prefirió vivir de 12 mil hectáreas de cacao. Renunció a las Malpartidas, las Obregonas y demás congresistas asociadas al «nacionalismo» y el narco-terrorismo.
No lo hicieron solos: ha sido el fruto de un programa -en este caso, verdadero- de convencimiento a la población campesina, de sustitución de cultivos, de apoyo económico desde los gobiernos de los Estados Unidos y de Alemania (países víctimas de un alto consumo de drogas), del organismo Devida, del Estado peruano y de los ministerios del Medio Ambiente y de la Producción.
La suma de esfuerzos transformó Tocache en la que hoy es una provincia sin violencia, sin delitos, sin pozas, sin la infame presencia de kerosene y ácidos en los ríos, sin terror y crimen como medios de vida.
Toda la razón asiste al embajador de los Estados Unidos cuando afirma que éste ha sido el resultado de muchos esfuerzos y no sólo el de la cooperación internacional. La pregunta viene sola: ¿por qué esfuerzos idénticos o similares no pueden intentarse en la desgracia nacional llamada el VRAE? ¿Tardaremos mucho en comprender que mientras haya coca ilegal (es decir, 92% de la que se produce en el país) habrá terrorismo bien financiado asaltando puestos policiales y asesinando a cuantos representantes de la ley se les acerquen?
Si no podemos darnos cuenta de que la coca es la madre del cordero, tendremos senderismo y terrorismo para siempre. Como en Colombia. Tocache-sin-drogas es el ejemplo a seguir: erradicación de toda la coca ilegal; 10% de los cultivos de hoy bajo estricta custodia nacional e internacional, ONU, FAO, OMS, para fines medicinales y consumo personal de la hoja. Y punto.
Muerta la coca, se acabó el terror…
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