En Pichari, los cerca de 40 «prostibares» existentes en la denominada «Curva del Diablo» continúan colmando de inseguridad las inmediaciones debido a la presencia de parroquianos que salen ebrios de estos lenocinios y son protagonistas de escándalos o víctimas de asaltos por parte de sujetos de mal vivir.
Esta situación se hizo patente en una nueva operación efectuada ayer lunes por el serenazgo municipal, los comités de autodefensa y el Ministerio Público.
La «Curva del Diablo», también conocida como «Altos Mundos», es frecuentada generalmente por «mochileros» y personas vinculadas al narcotráfico, los que protagonizan peleas callejeras luego de emborracharse y satisfacer su deseo sexual.
Resulta preocupante para las autoridades que la zona sea paso obligado para dirigirse a la recien inaugurada sede de la carrera de Ingeniería Agroforestal de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, UNSCH.
«Los estudiantes se sienten atemorizados porque se les puede confundir con parroquianos y temen sufrir asaltos en horas de la noche al regresar de sus laborares académicas», dijeron vecinos de Pichari.
Otras dos menores obligadas a prostituirse
Durante la intervención, otras dos menores de edad fueron encontradas ejerciendo la prostitución, sin embargo lo más aberrante es que muchas de las meretrices daban de lactar a sus hijos en los momentos en que no había «clientes», en un ambiente maloliente por la presencia de abundante cerveza y por el humo de los cigarrillos.
Mario Ramírez Ramos, responsable de la Oficina de Rentas del distrito de Pichari,recordó que hace poco se aprobó una ordenanza municipal que permitirá proceder con la clausura definitiva de los locales que incurren en estas faltas.
“El resto de los locales que se han puesto a derecho serán reubicados y ningún local que se dedique al expendio de alcohol podrá hacerlo por encima de las 10 de la noche”, señaló el funcionario.
Cabe recordar que hace menos de una semana se realizó una intervención en la que se encontró cuatro adolescentes de 15 años de edad, provenientes de Tingo María, que eran obligadas a prostituirse.
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