Aucayaquino detenido con droga en Malasia compartirá experiencia para evitar que peruanos transporten estupefacientes

Luego de tres años de prisión y tras librarse de la pena de muerte en la horca por tratar de ingresar a Malasia llevando varias cápsulas de cocaína en su estómago, Hermógenes Pisco Cepa, aucayaquino de 49 años, llegó a Lima el último 3 de noviembre y dijo haber aprendido la lección sobre los peligros que implica transportar droga y ponerse al servicio del narcotráfico.

Arrepentido de incursionar en esta vía ilegal de obtener dinero y que casi le cuesta la vida, Pisco Cepa aseguró que compartirá esta amarga experiencia con otras personas de su localidad, Aucayacu, Huánuco, una zona con fuerte presencia del narcotráfico, con el objetivo de evitar que más paisanos sigan arriesgando su vida y su libertad transportando estupefacientes.

Pisco Cepa, padre de cinco hijos, fue puesto en libertad por un juzgado de Kuala Lumpur, Malasia, y se libró de la pena de muerte a través de  la horca, que es como se condena en ese país asiático a aquellos que incurren en el delito del tráfico ilícito de drogas.

El martes 3 de noviembre llegó deportado en un avión a Lima, sus familiares lo recibieron en el aeropuerto Jorge Chávez y posteriormente lo condujeron a un hospital, debido al delicado estado de salud en que se encuentra.

Arrepentido de servir al narcotráfico

El mayor de sus hijos, James Pisco Vásquez, contó que su padre fue tratado con mucha dureza por otros reclusos, casi todos de origen asiático, y vivió en condiciones muy difíciles en los 36 meses que permaneció en la cárcel.

“Mi padre está muy  arrepentido de lo que hizo. Ha aprendido la lección y ahora compartirá esta amarga experiencia para evitar que otros paisanos arriesguen su vida por transportar droga» precisó el muchacho.

Agregó que su progenitor «se ha reencontrado consigo mismo y pide a todos los pobladores aucayaquinos y especialmente a sus amigos que le den una oportunidad para insertarse nuevamente a la sociedad”.

Explicó también que la liberación de su padre fue gracias a la oportuna intervención de sus abogados de oficio, quienes batallaron para una sentencia a favor del aucayaquino de 49 años.

‘Mojín’, como es conocido Pisco Cepa por sus amigos en su antiguo trabajo de conductor de botes con motores fuera de borda en el río Huallaga, regresará a Aucayacu en unos 20 días para dedicarse al cuidado de su familia y a su trabajo.