La minería informal se despliega sobre unos 250 kilómetros a lo largo de la cordillera oriental, entre Puno y Cusco, señaló el titular de la Dirección Regional de Energía y Minas de Puno, Víctor Hugo Paredes Argandeña. Precisó que los informales transitan por diferentes puntos de esta extensión, pasando por jurisdicciones como Carabaya, que alberga a la localidad de Winchumayo, zona donde a inicios de año se produjo un derrumbe.
“Desde Cusco, pasando por Puno, hasta la frontera con Bolivia hay unos 250 kilómetros con mineros informales o artesanales, a los cuales estamos intentando formalizar”, manifestó.
El funcionario afirmó que, periódicamente, su despacho convoca a mesas de diálogo con estos trabajadores con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia de estar ubicados en el ámbito legal.
“También contamos con un programa de formalización de los pequeños mineros que está teniendo respuesta. Hay respuesta pero se trata de una labor que tomará su tiempo”, enfatizó.
Paredes Argandeña recordó que en Puno existen más de 2,500 concesiones mineras y petroleras, por tratarse de una jurisdicción rica en minerales y gas.
Dijo que, además del reciente conflicto entre pobladores del distrito de Ocuviri y la empresa minera Arasi, no se ha reportado hasta el momento otro problema similar en Puno.