El nivel de la desnutrición en el Perú, especialmente la desnutrición infantil crónica, se mantiene como uno de los más altos de América y con cifras inalterables, sin bajar en los últimos diez años, pese a la inversión de 250 millones de dólares anuales que se destinan al programa de asistencia alimentario, según un informe de la Organización Panamericana de la Salud, OPS en el Perú.
Manuel Peña, funcionario de la OPS, planteó enfrentar el problema de la desnutrición crónica con un enfoque multisectorial y con acciones específicas durante todo el ciclo de vida, por etapas: jóvenes, embarazadas, parto y recién nacidos, lactantes, niños, escolares.
Según el experto, el problema de la desnutrición infantil no se solucionará únicamente con asistencia alimentaria, sino que además requiere de políticas y acciones efectivas de carácter intersectorial, de intervenciones de alimentación y nutrición, de inversión social en la población más vulnerable, así como mejorar la calidad de la educación y la salud pública, acceso al agua segura y saneamiento básico, mejorar la productividad y la capacidad de generar ingresos a las familias».
Peña pidió focalizar el trabajo de lucha contra la pobreza y la desnutrición en los lugares con mayor incidencia especialmente en las zonas de sierra y selva donde la desnutrición es mayor al 25%, como es el caso de Cuzco (50%) Huancavelica y Huánuco (40%) para contribuir a alcanzar la meta del Perú, de reducir de 25% a 29% en el periodo 2005-2011.