Cataño cambió su identidad mientras lo buscaban por drogas

El próspero empresario importador de autos, propietario de dos líneas aéreas y piloto de carrera, César Cataño Porras, pretende borrar de su vida al prontuariado Adolfo Carhuallanqui Porras, que lo persigue desde hace 25 años. El diario El Comercio publicó  un informe en el que revela cómo este personaje, defendido ardorosamente por la ex candidata presidencial Lourdes Flores Nano, maneja astutamente su doble identidad para esconder sus presuntos nexos con el tráfico ilícito de drogas desde inicios de los años 80.

A continuación el informe publicado por El Comercio.

Uno puede olvidar su pasado, esconderlo, negarlo y hasta eliminarlo ante la memoria colectiva, pero el pasado indiscreto y fisgón nunca olvida. El próspero empresario importador de autos, propietario de dos líneas aéreas y piloto de carrera César Cataño Porras lo sabe perfectamente y por ello pretende borrar de su vida al prontuariado Adolfo Carhuallanqui Porras, que lo persigue desde hace 25 años.

Esto no sería extraño si estuviéramos ante la versión peruana de “El doctor Jekyll y míster Hyde”, pero la increíble historia que El Comercio publica hoy —basada en atestados y expedientes judiciales inéditos— revela a un personaje que maneja astutamente su doble identidad para esconder sus presuntos nexos con el tráfico ilícito de drogas desde inicios de los años 80.

Empecemos por el personaje que hoy quiere olvidar al primogénito de una familia originaria de Huancayo. Según la investigación realizada por este Diario, Adolfo Carhuallanqui —que ahora se presenta como el empresario César Cataño— nació en esta ciudad el 4 de marzo de 1962, y así fue inscrito por sus padres, Martín Carhuallanqui Cataño y María Porras Palomino.

A finales de aquella década, y ante la ola migratoria que entonces vivía el país, parte de la familia decidió viajar a la capital y se asentó en el distrito de La Victoria. Lo que ocurrió con el hoy piloto de carrera en los años 70 es desconocido, solo se sabe que siguió vinculado a su lugar de origen debido a que allí trabajaba su madre.cesar-catano

Sin embargo, la vida del joven Carhuallanqui cambió entre 1981 y 1983. Por aquellos años, a decir de los documentos que se pensaban totalmente desaparecidos, la policía de Huancayo lo incluyó en dos atestados por tráfico de drogas.

Esto ocurrió luego de que se incautaran varios kilos de pasta básica de cocaína (PBC) que habían sido procesados en la sierra de Huancavelica y de Junín, pero cuya hoja de coca provenía del río Apurímac.

En aquel entonces la policía difícilmente decomisaba importantes cantidades dePBC en provincias, ya que salían del país para su refinamiento o iban a Lima para su microcomercialización. De esta forma, y antes de cumplir los 22 años, el mayor de los hermanos Carhuallanqui ya tenía dos procesos penales por narcotráfico (expedientes 1602-82 y 1761-83) en Huancayo.

En este último caso, tras ser acusado de encargarse de vender la droga en Lima, la Corte Superior de Junín ordenó su captura en diciembre de 1983, y lo mismo ocurrió con sus padres, Martín Carhuallanqui y María Porras, acusados de ser sus cómplices.

Ahora no queda duda —a la luz de los nuevos documentos a los que ha accedido este Diario— de que esos procesos hicieron que el protagonista de esta historia cambiara su identidad en 1984 debido a que era buscado por la policía en Lima y Huancayo.

Y logró su cometido luego de obtener una partida de nacimiento presuntamente irregular en la que cambió su fecha y lugar de nacimiento, así como el nombre de sus padres. De esta forma, ante el órgano registral de aquellos años, nació el ciudadano César Ricardo Cataño Porras.

Fue Cataño desde 1984

Este nuevo hombre eligió algunos datos de su verdadera identidad y otros falsos para dar origen a sus nuevos nombres. Dijo haber nacido el 4 de marzo de 1965 en Lima (tres años después de la verdadera fecha de nacimiento en Huancayo) y señaló como sus padres a Sabino (luego dijo que su padre se llama Tomás) y a Filomena (tomó el nombre de su abuela materna).

Tan burdo fue el cambio que no tomó en cuenta que su hermano menor, Aldo Carhuallanqui, había nacido el 5 de abril de 1965, es decir un mes después del nacimiento de él. La pregunta cae por su propio peso: ¿Es que estamos ante un extraño caso clínico que permitió que la madre de ambos (María Porras) tuviera un embarazo que le permitió dar a luz a un niño primero y un mes después a otro?

Continúa leyendo el informe publicado por El Comercio en:
http://elcomercio.pe/impresa/notas/catano-cambio-su-identidad-mientras-lo-buscaban-drogas/20091108/365993

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