La civilización nazca del Perú precolombino desapareció porque eliminó los bosques de huarangos, que eran su línea de defensa natural frente a los estragos del fenómeno natural conocido como El Niño.
Ésa es la conclusión a la que han llegado David Beresford-Jones, del Instituto McDonald de Investigaciones Arqueológicas de la Universidad de Cambridge, y otros colegas tras estudiar los efectos de El Niño en 1998 como modelo para intentar reproducir el impacto de un fenómeno similar al final de esa antigua civilización.
En 1998, El Niño inundó la ciudad de Ica con una capa de dos metros de agua, y una proyección con ayuda del ordenador indica que El Niño que aconteció en algún momento entre los años 500 o 600 de nuestra era debió de tener efectos aún más catastróficos sobre el valle del bajo Ica, uno de los dos centros de esa civilización.
Los nazca podrían haber sobrevivido a esa catástrofe natural de no haber sido por la tala progresiva de una importante masa forestal que habían llevado a cabo para dedicar el terreno a cultivos agrícolas como el maíz o el algodón.
La importancia del bosque
El valle del bajo Ica, hoy desierto, estuvo poblado de bosques de huarango, un árbol que puede vivir más de un milenio y que, además de abastecer a los nazca de leña y madera para la construcción, cumplía un papel ecológico muy importante ya que sus profundas raíces afianzaban el terreno, protegiéndolo contra la erosión del agua y el viento.
Los árboles constituían además una importante defensa frente a las súbitas inundaciones, señalan los expertos británicos, según los cuales el análisis del polen antiguo muestra que la población de esos árboles comenzó a decaer en los años que precedieron al colapso de la civilización nazca por culpa de la dedicación creciente del terreno que ocupaban a agricultura.
Con esa tala masiva de árboles se eliminaron las defensas naturales frente a un intensísimo fenómeno de El Niño acaecido por aquellos años, explica Beresford-Jones.
“El clima no fue por tanto el único factor (en el fin de esa civilización), sino que los nazca contribuyeron con sus acciones a su propia destrucción”, señala el científico británico.
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