En representación de más de cuatro mil indígenas Embera y Chamí , unos 600 indígenas colombianos, nativos de la localidad de Urabá, en el departamento de Antioquia, marcharon hacia la sede del municipio de Mutatá, rechazando la persistente presencia de cultivos ilegales de hoja de coca en sus tierras comunales.
La marcha se produjo el domingo último en lo que se constituyó como una pacífica movilización en la que los nativos entonaron cantos y vociferaron arengas en pro del respeto de sus derechos.
Los emberas y chamíes reclaman por el creciente número de cultivos de coca por parte de colonos que se han apropiado de amplios terrenos dentro de sus territorios, y reclamaron apoyo de los municipios de Mutatá, Carepa, Chigorodó, Necoclí, Turbo (Antioquia) y Unguía (Chocó).
Cabe precisar que, al principio, los indígenas se mantuvieron al margen del problema, pero desde hace aproximadamente tres meses decidieron tomar cartas en el asunto ante el notorio incremento de las matas de coca en sus territorios colectivos.
Ello porque la presencia de la coca ilegal les genera el riesgo de verse inmersos en los conflictos que mantienen distintos grupos por el control del negocio del narcotráfico, más aún cuando la región del Urabá había sido estratégica para los narcotraficantes, pues a través de sus costas salen cargamentos de droga e ingresan armas y plata ilegal.
«Desde hace cinco años para acá hay cultivos y hoy ya tenemos unas 500 hectáreas de coca sembradas en pequeñas parcelas dentro de nuestros territorios esperamos que actúen las autoridades» señaló William Carupia, consejero mayor de la Organización Indígena de Antioquia.