Ante la escasez de fuentes de proteína en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), la crianza de peces tropicales es una oportunidad para combatir la desnutrición en niños de edad escolar y madres gestantes, además que también representa una muy buena alternativa de negocio, sostuvo el coordinador del proyecto acuícola del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP), Carlos Álvarez, quien señaló que estos proyectos se han posicionado sólo en dos años como una actividad económica rentable en los distritos de Pichari y Kimbiri.
“Hay un mercado, que no tiene que ver con la agricultura ni la ganadería, y que en cinco meses le puede permitir al inversionista comercializar 400 kilos de peces”, indicó en Diálogo Ambiental de INFOREGIÓN.
Lamentó que las actividades del narcotráfico continúen impactando negativamente en la disminución de los peces en los ríos del VRAE. “Se está destruyendo toda la cadena de reproducción y debido a ello están desapareciendo muchos peces”, refirió.
En otro momento, Álvarez precisó que con esta actividad se están sentando las bases para una acuicultura responsable, “se está trasladando tecnología que se adapta de acuerdo al perfil socioeconómico del empresario que quiera dedicarse al negocio”.
“El distrito de Pichari lidera esta actividad desde hace dos años cuando inició su proyecto con un fondo de 2 millones 300 mil nuevos soles, que sirvieron para un módulo de capacitación y entrenamiento, así como un laboratorio de reproducción de peces amazónicos que contó con la asesoría del Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP)”, explicó.
Mencionó que hace unos meses la municipalidad de Kimbiri también se ha sumado a esta iniciativa con 4 millones 500 mil soles para paliar la desnutrición en la zona y capacitar a los pobladores en la crianza de nuevas especies.
El experto precisó que desde algunas zonas de Ucayali se trasladan peces, entre boquichicos y doncellas, hasta el río Apurímac a fin de que se reproduzcan. “Pero al toparse con aguas contaminadas los peces, y sus millones de huevos, mueren. A la contaminación del narcotráfico habría que sumarle los residuos sólidos y desagüe”, agregó.
“A través del IIAP hemos transferido a Pichari y Kimbiri más de 800 mil larvas de pacos y gamitanas de Iquitos y Tingo María, de las cuales han sobrevivido 250 mil alevinos, los cuales benefician a diversas comunidades nativas y de colonos en la zona”, manifestó.
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