El 2 de setiembre un helicóptero de rescate fue derribado por fuerzas terroristas en Santo Domingo de Accobamba, en el VRAE, lo que dejó tres víctimas más que lamentar. Uno de los tres soldados heridos que esperaban el helicóptero para ser rescatado –herido de bala en el hombro- fue testigo de la emboscada narcoterrorista y la lluvia de balas que cayó sobre el primer helicóptero.
El analista Rubén Vargas considera un golpe sicológico muy fuerte para las FFAA el hecho de que el ataque haya sido producido por armamento robado en pasados ataques al Ejército. Esta ofensiva ha provocado el replanteo de la estrategia de lucha contra el narcotráfico.