Los pobladores de la comunidad de Antonio Mansilla están logrando el desarrollo de su localidad en base al esfuerzo, pero sobre todo, a los cultivos de cacao, producto que gracias al apoyo del Programa de Desarrollo Alternativo, han incrementado, obteniendo grandes ganancias.
Para llegar a Antonio Mansilla primero se debe ingresar al centro poblado de Alto San Juan, puerto comercial del valle del río Tulumayo. Llegar a Antonio Mansilla es una verdadera travesía, en épocas de verano se usa el cauce seco del río Tulumayo y en invierno los caminos son casi inaccesibles, las lluvias y la crecida del Tulumayo convierten las vías de acceso en verdaderos lodazales.
Los más perjudicados son los agricultores, quienes no pueden transportar sus productos a las zonas urbanas. El promedio en tiempo de caminata es de tres horas en veranos y más de cinco horas en invierno.
La comunidad de Antonio Mansilla fue fundada el 30 de agosto de 1971 con el nombre de Agua dulce, pues en la zona abundan las quebradas de agua fresca y pura. Luego adquirió el nombre de Antonio Mansilla Minaya, en honor a un medico, llamado así, quien realizó labor social y apoyo a los pobres de la zona.
Los pobladores de Antonio Mansilla consideran que lo más valioso que tienen son sus niños, gracias a ellos y al esfuerzo de los vecinos han logrado construir un campo deportivo, su propio centro educativo, su centro de salud y la urbanización del pueblo.
Casos exitosos
Honorata y Laureano dejaron Huánuco hace 25 años y se instalaron en Antonio Mansilla, donde han logrado superar los obstáculos y hoy cuentan con amplias áreas de terreno con producción de cacao y ganadería, gracias al apoyo que les brinda el Proyecto de Desarrollo Alternativo en coordinación con USAID – Perú, bajo el auspicio de Devida.
Sus cuatro hijos ya son profesionales y conscientes de que con el esfuerzo y los ingresos que les genera el cacao, su familia ha formado hombres de bien.
El gran sueño de Antonio Mansilla es contar con agua potable, actualmente este proyecto se encuentra en construcción y beneficiará a más de 50 familias. De ganar el concurso Selva Ganadora, contribuirá a la ejecución del mismo.
Neizer Salas Tuanamana es un joven de 26 años que al aventurarse en la zona ha logrado con trabajo y esfuerzo obtener una hectárea de terreno, hoy el cacao es su principal producto.
Esta comunidad es muy conocida en el valle del Tulumayo por sus grandes deportistas, hombres y mujeres que son verdaderos talentos con el balón. Lo más increíble es que los premios en cada torneo de fútbol van desde un torete hasta vacas lecheras, lo que ha generado la ganadería en la zona.
Antonio Mansilla camina al progreso, una comunidad que sigue transformándose a pesar de los obstáculos que les impone la naturaleza. Hoy sus niños, su gente, su pueblo, trabajan para construir un mañana mejor.
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