El punto de encuentro de las comunidades del valle de Tulumayo, en la provincia de Leoncio Prado, es la comunidad de Alto San Juan de Tulumayo, un caserío ubicado a 22 kilómetros de Tingo María que se ha convertido en la perla del cacao y el café de esta parte de la amazonia peruana.
Su gente, su tierra, su trabajo y organización están generando el cambio. Sus hermosos parajes paradisíacos invitan a los visitantes a retornar más de una vez. Sus productos bandera, sus hombres, mujeres y niños son el futuro de esta comunidad.
Se debe viajar más de una hora y media por una carretera bien afirmada para llegar a este dinámico puerto cacaotero y cafetero, cuyo puente fue construido hace cinco años por el Programa de Desarrollo Alternativo en coordinación con USAID Perú y DEVIDA.
La importancia del puerto radica en el hecho de que por él se trasladan agricultores de 19 caseríos del valle del Tulumayo, convirtiendo a Alto San Juan en un gigantesco centro de acopio de todos los productos de la zona.
A la zona también llegan productos como plátano, maíz, frijol, yuca y cítricos de las distintas comunidades, alimentos que junto a sus productos bandera se comercializan en su puerto fluvial y en la ciudad de la Bella Durmiente.
Guillermo Ramírez, cacaotero desde hace varios años, llegó a Alto San Juan de Tulumayo en 1960, cuando todavía los aventureros buscaban nuevas tierras y nuevas oportunidades.
Tras años de esfuerzo y dedicación, el Programa de Desarrollo Alternativo le brindó asesoramiento técnico en los cultivos de cacao. Hoy se ha convertido en uno de los principales productores de la zona, al igual que otros agricultores.
Uno de los hitos históricos de esta comunidad es la construcción de la carretera de penetración desde Tingo María, para la cual Guillermo Ramírez y otros colonos promovieron actividades para su financiamiento. Hoy en día todos sus productos se trasladan por esta vía.
Desarrollo basado en la agricultura
La población de Alto San Juan de Tulumayo está compuesta por 100 familias, cuentan con energía eléctrica, servicio de agua, telefonía hasta televisión por cable. El desarrollo de la comunidad se basa en la agricultura y la ganadería está en pleno crecimiento.
El café es otro de los productos que han mejorado la calidad de vida de sus pobladores, actualmente esta comunidad trabaja directamente con la Cooperativa Agraria Cafetalera La Divisoria y la Cooperativa Agraria Industrial Naranjillo, café especial de gran calidad que viene siendo exportado a distintos países del mundo.
La instalación de letrinas unifamiliares permitirá que esta comunidad mejore sus condiciones de salubridad, los desechos no serán arrojados al río, cuidando así nuestro ambiente. De ganar el concurso Selva Ganadora, el 20 por ciento del financiamiento del proyecto tendrá como contraparte a la misma población.
Las mujeres son un engranaje clave en el desarrollo de esta comunidad, no sólo trabajan en el campo sino además hacen las labores del hogar. El mejor pan de la zona se produce aquí.
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