Resaltan que Naciones Unidas reconozcan presencia de cultivos de coca en áreas naturales protegidas

Es una “buena noticia” el hecho de que las Naciones Unidas al fin reconozcan la presencia de cultivos ilegales de Hoja de coca en áreas naturales protegidas por el Estado, que durante más de una década ha sido un secreto a voces, afirmó Roberto Ochoa, editor de Ecología del diario La República.

En el programa radial Diálogo Ambiental, el especial del fin de semana, producido por INFOREGION, el periodista especialista en el impacto del narcotráfico en el medio ambiente, dijo que incluso entidades del Estado como los ministerios del Ambiente, de Turismo o de Agricultura, no querían tocar el tema.

Hace unas semanas la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, ONUDD, presentó el informe Perú, Monitoreo de Cultivos de coca, en el cual refería, entre otros detalles, que se ha confirmado la presencia de cultivos ilegales de Hoja de coca en áreas naturales protegidas.

“El hecho de que las Naciones Unidas reconozca con las cifras, con fotografías satelitales, la penetración de estos cultivos ilegales en las zonas reservadas, ya es una señal de alerta que deberíamos tomar en cuenta porque eso ya es gravísimo”, enfatizó Ochoa.

Al respecto, agregó que la presencia de coca en estas zonas es perjudicial por cuatro razones en específico.

“Es una cuestión de ilegalidad, pues un área natural protegida no debe ser usurpada por este tipo de cultivos. En segundo lugar porque el sembrío de hoja de coca trae la producción de perica o Pasta Básica o cocaína, esto significa la penetración de insumos gravísimos para la ecología como el kerosene, los ácidos, etc.”.

En tercer lugar, mencionó la deforestación y en cuarto lugar, los procedimientos agrarios de la sierra que son trasplantados a la selva con un terrible impacto ambiental, estas costumbres ancestrales de los colonos procedentes cuando aplican sus métodos agrarios en la selva, hacen un daño irreversible para la zona.

Laboratorios de maceración de droga

“Para mí lo más grave es la instalación de pozas de maceración y todos estos insumos, veneno, que se utilizan para la elaboración de la perica o la cocaína, que sencillamente son tirados al río o pasan a la tierra”, precisó Roberto Ochoa.

En ese sentido, agregó que la hoja de coca y los laboratorios están íntimamente relacionados, “eso de que son cultivos ancestrales es falso, pues en esa zona nunca se cultivó coca”.

Refirió la existencia de documentos de viajeros de fines del siglo XIX e inicios del siglo XX que habían recorrido San Martín y Huánuco y nunca encontraron cultivos de hoja de coca.

“Narcocaleros”

Por tanto, sentenció el experto en periodismo ecológico, no existen los campesinos cocaleros, sino los “narcocaleros”, pues esa hoja de coca es para el narcotráfico, no es para que la gente haga ceremonias chamanísticas, ni para chacchar, o para curaciones.

“Esas son justificaciones de última hora que las escucho en los últimos 20 años porque antes no escuchabas esos argumentos en relación a la hoja de coca”, dijo.

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