Investigadores descubren nueva especie de rana para la ciencia en los bosques de la región Ucayali. Este descubrimiento se hizo en el marco de las expediciones de evaluación de biodiversidad que realiza Bosques Amazónicos (BAM) en alianza con el Centro de Ornitología y Biodiversidad (Corbidi) y otras organizaciones científicas.
El área de bosques protegidos por BAM -donde se hizo el hallazgo de la especie Scinax pyroinguinis- forma parte de su proyecto de conservación REDD+ ‘El Último Hábitat’. El equipo de herpetología, responsable del descubrimiento, trabaja mayormente de noche. Ellos recorren pantanos, ciénagas y bosques ribereños para registrar más anfibios y reptiles.
El descubrimiento se realizó a 160 msnm a partir de dos ejemplares machos capturados a lo largo de cursos de agua y vegetación adyacente en la localidad de Quebrada Blanca. Esto se produjo durante la evaluación efectuada entre los meses de octubre y noviembre de 2022.
La rana «ingles de fuego»
La rana Scinax pyroinguinis, también llamada “rana ingles de fuego” (o en inglés “groins of fire frog») recibe ese nombre por las manchas de color intenso que decoran la parte interna de sus patas. Pero, al mismo tiempo, actúa como una suerte de recordatorio de que los incendios forestales están devastando el bosque que aún queda en Ucayali.
Esta rana se diferencia de otras especies del género Scinax por tener una cabeza redondeada vista desde un ángulo dorsal. Además, carece de protuberancia en la punta de la nariz. Posee pequeñas manchas anaranjadas brillantes en la parte interior de los muslos. Estas son utilizadas posiblemente como mecanismos de comunicación con miembros de su especie o como señal de distracción ante depredadores.
A pesar de haberse capturado apenas dos ejemplares, la evidencia genética (ADN) y morfológica permitió a los investigadores sustentar que Scinax pyroinguinis es una nueva especie para la ciencia.
Esta rana ha sido registrada sólo en una pequeña porción de bosque bien conservado al interior de los predios que protege BAM. Solo ello supone una situación crítica para la especie, dado que mucho de los bosques en la región han desaparecido por el cambio de uso de la tierra en las últimas décadas.
El incremento de los incendios forestales, una forma errada e ilegal pero culturalmente muy difundida de controlar el crecimiento de la maleza en los potreros para el ganado, amenaza el hábitat de esta rana. Lo mismo sucede para decenas de especies de flora y fauna silvestre, informó BAM.