Según DEVIDA, (Perú. Monitoreo de cultivos de coca 2022. Junio 2023) el resultado del monitoreo para el 2022 reporta un total de 95,008 hectáreas de superficie cultivada con arbusto de hoja de coca en producción, que es un 18% más respecto al 2021, por tanto, se mantiene la tendencia creciente en la extensión de la superficie cultivada desde 2018.
En cuatro de las cinco zonas monitoreadas a partir de 2021 se presenta un incremento en la extensión de la superficie, por ejemplo, en Madre de Dios (274%), Bajo Ucayali (65%), Bajo Huallaga (26%), lo cual muestra una nueva tendencia de la siembra de este cultivo.
El Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) siguen siendo la zona con la mayor superficie cultivada, alcanzando este año las 35,709 ha, un 11% más con respecto al 2021.
Aumento en territorios de pueblos indígenas u originarios
El monitoreo de DEVIDA en territorios indígenas registró un aumento del 26%, pasando de 14,854 ha en 2021 a 18,674 ha en 2022, lo cual representa el 20% de la superficie nacional.
La mayor concentración en estos territorios se encuentra en comunidades nativas (75%). Ha identificado 383 ha en la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur, representando una grave amenaza para este pueblo indígena que se encuentra en aislamiento y contacto inicial (PIACI).
También aumenta la superficie cultivada de coca en Áreas Naturales Protegidas (ANP) y sus zonas de amortiguamiento (ZA)
En cuanto a las zonas núcleo (interior) de las ANP, han pasado de registrar 192 hectáreas en el año 2018, a 439 hectáreas en el año 2022, con un crecimiento del 128%.
En las Zonas de Amortiguamiento (ZA) que están alrededor de las ANP, se ha pasado de 6,535 hectáreas en 2018 a 14,426 hectáreas en 2022, con un crecimiento de 121%.
De acuerdo al reporte, en total, la superficie de coca en ANP y ZA asciende a 14,865 hectáreas, lo que representa el 16% de la superficie nacional (95,008 hectáreas) monitoreada.
Los cultivos de hoja de coca se encuentran en 6 ANP y sus ZA y, también en otras 10 ZA sin alcanzar aún las zonas núcleo de las ANP colindantes correspondientes.
El 78% se encuentra en ámbitos de 4 territorios protegidos: al interior y ZA del Parque Nacional Bahuaja Sonene (5,861 hectáreas), ZA del Parque Nacional Cordillera Azul (2,684 hectáreas), ZA de la Reserva Comunal Asháninka (1,592 hectáreas) y al interior y en la ZA de la Reserva Comunal El Sira (1,420 hectáreas); el 22.26% restante está distribuido en ámbitos de otros 12 territorios protegidos.
Este aumento constante de presencia de este cultivo ilegal de coca, sigue poniendo en riesgo los territorios indígenas y las ANP, los cuales han sido considerados a nivel mundial, territorios estratégicos en la lucha contra el calentamiento global.
El impacto ambiental es grave, por un lado, los productores utilizan fertilizantes químicos contaminantes, como plaguicidas y herbicidas; por otro lado, el procesamiento de la hoja de coca para la producción de droga, usa millones de kilos, litros y galones de insumos químicos que al final, terminan en los ríos que proveen de agua a las poblaciones cercanas y a los ecosistemas que los rodea. La deforestación acompaña esta actividad ilícita, provocando la pérdida de las funciones y relaciones ecológicas al interior del Bosque; perdiéndose su importante biodiversidad, su potencial turístico, recreacional, la belleza paisajística, el valor científico y cultural.
Existe la necesidad urgente de una estrategia efectiva para reducir y erradicar esta actividad ilícita, en la cual el SERNANP y DEVIDA deben avanzar a construir sinergias con otros sectores como SERFOR, Gobiernos locales y regionales, así como de sociedad civil, en especial en el tratamiento e intervención de las zonas de amortiguamiento, que en la actualidad pareciera que no es responsabilidad de nadie y es justamente por donde el cultivo de coca ilegal viene aumentando peligrosamente.
(*) Biólogo, exjefe del SERNANP y past decano nacional del Colegio de Biólogos del Perú.