SAN MARTÍN. Marisol García Apagüeño, una miembro de la comunidad nativa kichwa Túpac Amaru, ubicada en el distrito Chazuta, provincia y región San Martín, es una de las becarias de la tercera edición del Programa de Mujeres Indígenas de la Amazonía, promovido por la ONG Conservación Internacional (CI). Su proyecto, llamado ‘Casa del Saber’, se enfoca en la recuperación de los saberes ancestrales.
A través de esta iniciativa, la presidenta de la Federación de Pueblos Indígenas Kechua Chazuta Amazonas (Fepikecha) ―Marisol es la primera mujer en asumir un cargo en esta organización indígena― y socia de la asociación Sinchi Warmukuna (que en español significa mujeres fuertes); busca rescatar y revalorar las costumbres y la cultura de su comunidad.
De este modo, la ‘Casa del Saber’ será un espacio físico, donde «las mujeres, los sabios y las sabias puedan enseñar a los niños, niñas y jóvenes» su lengua materna (el kichwa), el manejo de instrumentos musicales, como el bombo, el tambor y la quena; así como la elaboración de tejidos (chumbis o pretinas), cerámica, cestos y artesanías de madera, la preparación y el uso de la medicina ancestral, y las técnicas para el cultivo de alimentos oriundos de la región (frijoles, yucas, plátano, etc.).
Saberes ancestrales que se han ido olvidando
«Nuestras costumbres y cultura se han ido perdiendo. La mayoría de los niños y jóvenes no hablan el kichwa, por ejemplo. Se ha dejado de construir nuestras casas como se hacía antiguamente, de consumir los alimentos que crecen en nuestra tierra. La vestimenta solo se usa para eventos o algunas actividades puntuales. No es como en otros pueblos, en los que todavía conservan sus tradiciones. Esa es la principal preocupación y en lo que estamos trabajando en revalorar y rescatar», indicó Marisol García a Inforegión.
Otro de los objetivos de la propuesta está orientado a generar una alternativa económica para las mujeres de la comunidad Túpac Amaru. Este aspecto contribuirá a resolver la problemática de la violencia económica que existe en las familias y ayudará a fortalecer el liderazgo de las mujeres para que participen, de manera activa, en los espacios de toma de decisiones.
Según detalló, muchas mujeres no participan del proceso de la toma de decisiones o no tienen la seguridad de pedir la palabra y plantear su opinión o propuesta, para luego mantenerse firme y hacer que se ejecute. La propuesta ganadora de una de las becas de CI plantea el fortalecimiento de los conocimientos y capacidades de las mujeres, de su autoestima, liderazgo y talleres de oratoria.
«La autoestima es muy importante para transmitir los conocimientos, participar activamente en ferias de artesanía, pero también para decir no a los diferentes tipos de violencia que se ejercen. Nosotras, las mujeres, en la práctica, ya compartimos los trabajos colectivos con nuestros pares varones. Como asociación, es decir, como Sinchi Warmikunas, trabajamos en temas de reforestación. Junto a los hombres, reforestamos la comunidad y las nacientes de agua. Además, nos dedicamos a darle valor agregado al cacao, a los tejidos y a otros productos de artesanía», detalló la dirigente.
Detalles adicionales de la propuesta
La comunidad Túpac Amaru se sitúa en el Bajo Huallaga, a hora y media en bote del distrito Chazuta (San Martín), pero también se puede llegar por carretera, mediante moto o automóvil particular. Alrededor de 50 familias residen en ese lugar, las cuales serán las principales receptoras de los beneficios proporcionados por la ‘Casa del Saber’.
García Apagüeño comentó que esta construcción será hecha con madera y hoja de yarina, que es una palma, y tendrá una dimensión de 6 x 15 metros (90 m2). Se realizará mediante minga, que es una forma de trabajo colectivo. Asimismo, se construirá una serie de tambos para que las artesanas tengan su propio espacio, al igual que las chocolateras o las tejedoras, y no se mezclen las herramientas.
En el salón grande, es decir en la propia ‘Casa del Saber’, se llevarán a cabo las fiestas, los eventos culturales relacionados a la recuperación del saber kichwa, el recibimiento de autoridades o visitas, etc. De igual forma, se pondrá un baño séptico con una taza, para mayor comodidad de los turistas, pues, el proyecto contempla potenciar e impulsar el turismo comunitario en la zona.
Etapas del proyecto
La antropóloga Miluska Elguera Solar, quien colaboró ad honorem en sistematizar el proyecto, mencionó que la iniciativa recibe el apoyo de profesionales del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP) y del Instituto de Defensa Legal (IDL) para brindar capacitaciones sobre buenas prácticas ambientales y derechos indígenas.
«El proyecto tiene tres hitos principales y cada uno tiene una duración de cuatro meses. El primer hito o etapa consiste en capacitar a las mujeres de la asociación Sinchi Warmikunas en tener mejores herramientas pedagógicas para transmitir sus conocimientos a la comunidad, lo que conlleva a recuperar los saberes kichwa. En tanto, la segunda etapa se enfoca en las mujeres para que brinden los talleres a su comunidad, principalmente, a niños y jóvenes. El tercer hito implica la construcción de la ‘Casa del Saber'», precisó.
El financiamiento por parte de CI asciende a los USD 10 000 para la implementación del proyecto en un plazo no mayor a 12 meses calendario, de acuerdo con la convocatoria de la ONG, publicada a inicios del 2023. Para recibir la beca, las propuestas debían atender uno o más de los ejes establecidos por la organización internacional: género, ambiente, recuperación y revitalización de los conocimientos ancestrales, derechos indígenas, lengua y cultura, entre otros.
Discriminación y pérdida de saberes ancestrales
Marisol García, condecorada como ‘Personalidad meritoria de la Cultura‘ el pasado 18 de mayo, explicó que si bien tienen una escuela bilingüe en su comunidad, durante años solo se enseñaba en español, debido a la discriminación hacia las lenguas originarias. Esto conllevó a que las abuelas, abuelos y padres no quisieran que sus hijos y nietos hablen kichwa.
«Por años, los más pequeños eran golpeados para que no hablen su lengua materna y solo se ciñan al castellano. Muchos se vieron obligados a olvidar el kichwa. En su afán de protección, los adultos dejaron de transmitir ese conocimiento y es el que se está perdiendo. Queremos que nuestros sabios y sabias enseñen todo lo que saben. Nosotros teníamos a una bisabuela que falleció a los 105 años. Su sabiduría se perdió: los cuentos, qué plantas sirven para dietar, cuáles para curar, cuál temporada es mejor para sembrar la yuca, en qué suelo, y así», refirió.
Por otro lado, la dirigente apuntó que la comida ancestral también necesita ser revalorada. Hoy en día, la alimentación se basa en los productos que entrega el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, es decir, enlatados, avenas, quinua. Y muchas madres se han acostumbrado a comprar en la bodega arroz, fideos o huevos.
«No producimos esos alimentos. En nuestras tierras, en cambio, crece el plátano, frijoles y yuca, según la temporada. Nuestra comida ancestral es a base de pescado, cortezas, tallos, hojas, callampas u hongos, como lo conocen. Tenemos varios tipos de hongos y de frutas. Otro ejemplo es la pérdida en el manejo de instrumentos. Se ha llegado a un punto de contratar a bombistas de la provincia de Lamas. Allá todavía se practica eso, acá no», manifestó.