Medirán capacidad de empresas de agua para asegurar abastecimiento ante desastres

Se medirá la capacidad de empresas de agua para asegurar abastecimiento ante desastres. Como el Perú es vulnerable a inundaciones, deslizamientos, huaicos, sequías, terremotos, etc., estos pueden provocar la interrupción prolongada de los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario.

Por ello, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) aprobó incorporar el Índice de Seguridad del Abastecimiento del Agua Potable (Isaa) al Sistema de Indicadores e Índices de la Gestión de los Prestadores de los Servicios de Saneamiento, aprobado por Resolución de Consejo Directivo N.º 063-2021-SUNASS-CD.

Este índice tiene por finalidad estimar la capacidad de las empresas prestadoras para satisfacer la demanda de agua potable de los usuarios. Todo esto ante eventos naturales extremos y posibles interrupciones prolongadas.

La Sunass informó que el ISAA contiene variables y parámetros vinculados a tres áreas que son críticas para la seguridad del abastecimiento, tales como:

  • Las condiciones naturales: se utiliza para evaluar o describir las condiciones externas que corresponden a eventos naturales que pueden impactar significativamente en el abastecimiento del agua potable.
  • La robustez del sistema de abastecimiento: mide el grado de la capacidad para mantener un desempeño adecuado ante la ocurrencia de diversos escenarios de eventos, en el cual la infraestructura y sus procesos operativos pueden adaptarse, responder, transformarse, ajustarse y reconfigurarse ante la ocurrencia de emergencias, con el fin de mantener su funcionalidad de los sistemas de abastecimiento de agua.
  • La capacidad para gestionar situaciones de emergencia: mide el grado de la capacidad técnica y operativa que posee el prestador para sostener o adaptar el sistema ante la ocurrencia de un evento extremo.

El Isaa tiene un enfoque preventivo y contribuirá en la toma de decisiones de las empresas prestadoras y así poder implementar medidas que impacten positivamente en la seguridad y sostenibilidad del servicio de agua potable ante situaciones de emergencia. Todo esto considerando la ocurrencia de desastres naturales y los posibles efectos del cambio climático.