Un artículo publicado en la revista científica ‘Science Of The Total Environment’ evidencia que la actividad minera artesanal informal e ilegal en Madre de Dios está provocando graves afectaciones, por medio del tóxico mercurio, en especies de peces de cochas. O también llamados pequeños reservorios o lagunas artificiales de agua de lluvia utilizados para el consumo humano.
El estudio se realizó en el Parque Nacional del Manu y el río Madre de Dios, lugares donde se comprobó la destrucción de hábitats lacustres y ribereños. Asimismo, la rebaja en servicios ecosistémicos producto de la contaminación, impactando en los servicios básicos como agua potable, recursos pesqueros, entre otros. Los efectos podrían causar graves impactos negativos sobre la salud y la capacidad cognitiva de los habitantes locales.
Sobre ello, el ecólogo e investigador del Proyecto de Conservación de Lobos de Río de San Diego Zoo Wildlife Alliance, confirmó a Inforegión que: “El valor reconocido como límite de toxicidad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) es 2 nanogramos de mercurio por gramo de peso en seco, más del 23% de muestras tenían valores más altos que este límite”.
En ese sentido, el especialista advirtió que: “Aunque el volumen de la actividad puede ser menor en comparación a las operaciones mineras industriales, en estos lagos y ríos se observan de manera bastante clara los daños a la biodiversidad y a la integridad de estos hábitats”.
Siguiendo esa línea, el ecólogo enfocado en la conservación de la biodiversidad resaltó la importancia de promover iniciativas en educación ambiental dirigidas a colegios sobre el tratamiento responsable de las selvas y ecosistemas acuáticos con la ciudadanía. “Lo que se puede aprender de nuestras investigaciones es el valor de los ecosistemas acuáticos no solo por la biodiversidad sino también por las comunidades humanas locales y que, por ejemplo, un lago donde se destruyen las orillas llevan décadas para recuperarse. Hay bastante evidencia de que la aplicación de las leyes ambientales en esta área es deficiente. Una posible solución sería una protección más activa de los lagos y ríos, a través de talleres en colegios de educación ambiental».
Por su lado, la Dra. Claudia Vega, coordinadora del programa de Mercurio de Cincia, recordó la importancia de tomar en cuenta los estudios científicos como este para evitar y reducir los riesgos en la población humana y el medio ambiente.
“El mercurio puede ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos. El presente estudio brinda información importante para cuantificar la intensidad y extensión de la contaminación de mercurio proveniente directa o indirectamente de la actividad minera”, indicó. Para estimar los efectos de la actividad extractiva se realizaron mediciones de mercurio ambiental en el agua y el sedimento, entre otros.