VRAEM. Cuando se piensa en el bambú, a muchos esta palabra los lleva al lejano oriente. Sin embargo, el aprovechamiento de esta planta se está convirtiendo en una puerta hacia el desarrollo en nuestro país. En la presente nota hablaremos de un proyecto que impulsa que los productores del Vraem lo hagan suyo para así mejorar su calidad de vida.
En ese sentido, detallaremos una iniciativa inscrita en lo que hemos dicho que viene siendo ejecutada por el Proyecto Especial de Desarrollo del Valle de los Río Apurímac, Ene y Mantaro (Provraem), que comprende acciones conjuntas con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) en el asesoramiento a ciertas actividades.
El proyecto se denomina “Ampliación del Servicio de Apoyo al Desarrollo Productivo Sostenible del Bambú en 16 distritos del Ámbito del Vraem». Su ejecución física se inició en marzo del presente año y se extenderá por un lapso de tres años culminando en febrero del 2026. Cuenta con un financiamiento que supera los S/16 millones y alcanza a 2412 beneficiarios.
Objetivos y metas
“Se trata de un proyecto que tiene como objetivo principal fortalecer la capacidad productiva de los productores asentados en 16 distritos del Vraem. Esto con el fin de que puedan mejorar sus ingresos económicos con este cultivo alternativo a la producción que vienen desarrollando”, nos dijo Edwin Cárdenas, residente del proyecto Bambú del Provraem.
¿Y por qué usar el bambú? A la consulta, nuestro entrevistado dijo: “El cultivo del bambú es nuevo en la zona y su uso viene dando buenos resultados con experiencias anteriores de parte de otras organizaciones y municipalidades. Es un cultivo bastante rentable, por lo que vamos a trabajar en el tema del mercado”.
Precisó que como meta se ha proyectado la producción de más de un millón de plantas de bambú. Para ello se ha contemplado instalar 17 viveros con esta planta en los 16 distritos que comprende el proyecto. Para el caso del distrito de Río Tambo, en Satipo, se instalarán dos viveros, afirmó.
Este millón de plantas que se producirán se instalarán en unas 1672.50 hectáreas. “Estas plantaciones se realizan bajo acciones conjuntas con el Serfor. Con ellos se articulan acciones a fin de poder que los productores beneficiarios puedan realizar sus registros de plantaciones del bambú a fin de que puedan tener sus cultivos registrados y poder comercializar las cañas de bambú”.
El rol del Serfor
Sobre esta iniciativa, Williams Arellano, director de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio Forestal del Serfor, recordó que se inscribe en la “Estrategia Nacional para el Desarrollo del Bambú”. En ese sentido, a través de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Selva Central, el Serfor comprende asistencia técnica para la ejecución del proyecto del Provraem.
Esto permite, por ejemplo, que los espacios en lo que se irá desarrollando no comprometan recursos naturales que pudieran verse afectados. De otro lado, el Serfor tendrá un rol en cuanto a la conformación de la Mesa Técnica Forestal para articular con varios sectores, pues más adelante los productores no solo se quedarán con las instalaciones de las plantaciones del bambú, sino que buscarán financiamiento. Además, se apoyará con el registro de las plantaciones que implementen.
«Cambio de chip»
El proyecto contempla varios componentes: 1) Productivo, ligado al manejo de plantación desde la producción en vivero hasta la instalación en campo de cultivo; esto irá acompañado por asistencia técnica y capacitación. 2) Conocimiento de beneficios económicos (rentabilidad), sociales (generación de empleo) y ambientales (recuperación de suelos degradados y conservación de recursos hídricos).
Además, se contempla: 3) Fortalecimiento organizacional, se trabajará en la personería jurídica de los beneficiarios para que sigan laborando una vez terminado el proyecto. Se contempla la conformación de la Mesa técnica del Bambú conjuntamente con Serfor 4) Articulación comercial del bambú, pues se promocionará su uso y derivados en ferias.
Cárdenas sostuvo que “el proyecto apuesta por cambiar el chip del productor para que mire a otros cultivos que también son rentables”, como en este caso el bambú, sin dejar los que posee en la zona (piña, cacao o café). Asimismo, la iniciativa es un estímulo más para que se abandonen cultivos ilícitos.