Una amiga que hace más de 10 años conoce a Thalía Solís, la mujer trans que ingresó vestida de escolar al colegio de mujeres Rosa de América de Huancayo, cree que la forma en que diversos medios de comunicación están abordando el caso y la reacción de los padres de familia, es exagerada, puesto que la atacan sin conocerla y sin esperar los resultados de las investigaciones.
“Me enteré por las redes sociales. Cuando escuché que un hombre vestido con el uniforme de las escolares; como mamá dije ‘cómo es posible, está mal de la cabeza’”, recuerda la mujer, quien guarda su identidad en reserva, fue su primera reacción al conocer la noticia.
Después, añade, “cuando vi la foto de Thalía me chocó; entré en un shock. Sé que entró [al colegio] no con mala intención, sino como un sueño frustrado de no haber terminado sus estudios”, dice.
Pero que se haya vestido de escolar no la sorprendió para nada, porque Thalía suele vestirse de lo que se le cruza en la mente.
Hace poco más de diez años Thalía llegó a Huancayo de Lima. Sus padres, “ni su propia mamá”, la aceptaban como es: una mujer. Siempre se vestía de adolescente. En una Navidad lució de rojo, “con sus pomponcitos”.
En Huancayo, Thalía comenzó su negocio de estilista en una mesita en la calle y como hacía bien su trabajo y tenía demanda, abrió un local más grande. Entre sus clientes cuentan reconocidas artistas del folclore, como “Candy del Perú” y Angélica Gómez, entre otros.
“Entiendo hasta cierto punto la indignación de los padres de familia [del colegio Rosa de América]. Pero mucho lo están exagerando, la están atacando, la están acusando de cosas que ella no es. La están haciendo leña”, dice la amiga de Thalía.
Por eso pidió que no se la juzgue ni se la ataque sin conocerla.
Este viernes, en la visualización que el Ministerio Publico realizó al celular de Thalía, no halló imágenes obscenas ni registros de escolares o menores de edad. En el registro a su cuarto solo encontraron sus prendas, uniformes escolares y materiales de manicurista y estilistas.
Fuente: Huanca York Times / Texto: Percy Salomé
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