LIMA. En el marco del Día Mundial del Agua, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass), sostiene que al Perú le costaría cerca de s/ 120 000 millones, cerrar la brecha de calidad de la infraestructura en agua y saneamiento, es decir, que las personas tengan acceso al servicio de agua segura y disponible las 24 horas del día, y que las excretas sean eliminadas de forma segura y tratadas posteriormente.
Asimismo, en el Perú existen 3.1 millones de personas que no cuentan con el servicio de agua potable, lo cual es clave para vivir con bienestar y lograr el desarrollo en sectores como educación, salud, economía, entre otros. Estos datos han sido consignados en el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad.
De no tomar acciones efectivas para acortar estas brechas, las proyecciones estiman que, en 10 años, la cifra de peruanos sin agua se duplicaría.
Además, cabe precisar que, si para cubrir las necesidades de saneamiento del país al 100 % solo se contara con el pago de los usuarios a través de los recibos mensuales de agua, nos tomaría 143 años el cumplir con estas demandas.
Concerniente al tema de ejecución, la Sunass, ente regulador del agua potable, hace el seguimiento de las inversiones, conforme a las metas de gestión que se aprueban en los estudios tarifarios de las 50 empresas prestadoras de servicios de saneamiento (EPS). En ese sentido, se detectó que estas solo ejecutaron, en promedio desde 2016, el 32 % de lo proyectado, a excepción de Sedapal.
Estos bajos niveles de inversión frenan la ampliación y mejora de la prestación de los servicios de saneamiento, que se pueden traducir en mejoras como el incremento de la continuidad del servicio, instalación de nuevas conexiones domiciliarias, renovación e instalación de medidores, construcción de líneas de conducción para llegar a nuevos usuarios y construcción de plantas de tratamiento de agua potable y residuales, entre otros.
El impacto del servicio del agua en diversos sectores
La falta de acceso al agua afecta a todos los peruanos, con especial énfasis en el sector economía. Por ejemplo, si sectores como el de alojamiento, restaurantes, comercio y parcialmente manufactura, se quedasen sin agua por un solo día, habría pérdidas por 1930 millones de soles, en todo el país.
Se ha comprobado que el agua protege la salud. La incidencia de casos de diarrea se reduce en 24 % cuando los hogares en las zonas rurales consumen agua segura y potabilizada. En caso almacenen correctamente esta agua, el impacto positivo asciende al 29 %.
Las infecciones por parásitos más comunes se reducen significativamente gracias al acceso a servicios de saneamiento. Esto debido a que el agua potable propicia ambientes saludables y el adecuado lavado de manos.
Además, el acceso al agua potable mejora en 50 % la salud de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio. Permite su correcta hidratación, contribuye a aminorar la posibilidad de contraer enfermedades e infecciones y evita que cargue agua desde un punto de entrega hasta el hogar, por lo que el riesgo de aborto involuntario, parto prematuro o cualquier complicación disminuye considerablemente.
En el sector educación, si una institución educativa cuenta con servicios de agua potable y alcantarillado, la deserción escolar se reduce en 12.2% en primaria y 5,3% en secundaria.