Asesinatos a líderes indígenas continúan impunes en toda la Amazonía

AMAZONÍA. Jesús Berti Antayhua Quispe, yanesha. Nusat Parisada Benavides y Gerson Pizango Narvaes, ashaninka. Ulises Rumiche Quintimari, nomatsiguenga. Vilca Ampichi López, yanesha. Los tres primeros asesinados en marzo, en Huánuco. El cuarto asesinado en Junín. El último en diciembre, en Huánuco. La Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) cuenta con el Sistema de Alertas y Acciones Tempranas (SAAT), impulsado por esta institución junto a organizaciones regionales indígenas.

El Apu Miguel Guimaraes es dirigente de Aidesep, la cual representa a nueve organizaciones regionales, 109 federaciones y más de 2300 comunidades nativas de la Amazonía peruana. Además, Guimaraes se encarga de ver el Programa de Defensores Indígenas de la organización. A continuación conversamos con él sobre la situación durante el transcurso del año pasado.

Ucayali. Foto: Luciana Zunino
Ucayali. Foto: Luciana Zunino

Gerson Pizango Narvaes (45), yanesha, y los esposos Jesús Berti Antayhua Quispe (42) y Nusat Parisada Benavides de la Cruz (42), de la comunidad nativa Cleyton fueron asesinados por disparos de bala en la carretera que conecta Puerto Sungaro con las Comunidades de Esperanza, Cleyton y Santa Teresa el pasado 22 de marzo. Esta zona, ubicada en la provincia de Puerto Inca, Huánuco, podría convertirse en el segundo Vraem según investigación de Convoca.

Jesús Berti, Nusat Parisada y Gemerson Pizango. Foto: La República
Jesús Berti, Nusat Parisada y Gemerson Pizango. Foto: La República

‘Por otro lado, estos asesinatos son una evidencia más de cómo afectan las actividades ilegales, el crimen organizado y la violencia que acarrean en y hacia las comunidades indígenas. Esto incluyendo comuneros y comuneras, líderes y defensores, así como sus familias. Además, viene potenciado por corrupción e ineficiencia desde el Estado para prevenir y remediar la situación’, según la Organización Regional Aidesep de Ucayali, Orau.

El Apu Miguel recuerda que hasta ahora ni uno de los casos obtiene justicia. En realidad afirma que la justicia se demora años en llegar. “Se les ha matado por cuidar los bosques”,  denuncia Guimaraes. Este es el caso de la tardía sentencia a los asesinos del caso Saweto, casi una década.

VER TAMBIÉN: Sentencian a los asesinos de líderes indígenas en caso Saweto

 A Ulises Rumiche Quispe (39), líder nomatsiguenga, fue asesinado el 19 de abril del año pasado de un disparo en la nuca. Fue encontrado al día siguiente en el distrito de Pangoa, provincia Satipo, región Junín (Vraem). Rumiche era gerente de Pueblos Originarios Amazónicos de la Municipalidad Distrital de Pangoa. Además, era integrante de la Asociación Unión Asháninka y Nomatsiguenga del Valle de Pangoa (Kanuja), y pertenecía a la Organización de Maestros Bilingües Nomatsigenga y Asháninkas de Pangoa.

Ulises Rumiche Quintimari. Foto: Kanuja
Ulises Rumiche Quintimari. Foto: Kanuja

Según el Apu Miguel, los esfuerzos del Estado no son eficientes:  No hay mayor alcance. No es una agenda de Estado y además no tenemos una institución que pueda respaldarnos o con la que podamos trabajar de manera articulada”. No considera que hay un mayor seguimiento de los casos, ni mediático ni político ni legal.

Vilca Ampichi Lopez. Foto: Actualidad Ambiental
Vilca Ampichi Lopez. Foto: Actualidad Ambiental

Vilca Ampichi Lopez (45) fue asesinado en la noche del 5 de diciembre pasado, en la carretera de acceso a su comunidad mientras se encontraba en una mototaxi con su esposa.  Era apu yanesha de la comunidad nativa San Juan de Pachitea, ubicado en el distrito de Yuyapichis, provincia de Puerto Inca. Su cuerpo fue hallado con 14 orificios de bala.

Mucho se escribe y se habla sobre las comunidades indígenas amazónicas rurales, pero poco se sabe de su realidad. No todas los ciudadanos indígenas son defensoras ambientales, no todos viven del bosque. Pero los que habitan el bosque, cuidan su hogar. Y en nuestro contexto les llamamos defensores ambientales, porque lo son, pero en realidad es lo que han hecho siempre: cuidar su territorio; antes que fuera necesario luchar contra el cambio climático y las amenazas por las cuales los asesinan. 

La pregunta podría ser, en todo caso: ¿Nos preocuparía tanto que actividades ilícitas relacionadas a la corrupción, sean amenazas directas a la vida de las comunidades indígenas que viven en y de los bosques, si no fuese un atentado contra el cambio climático que tanto nos afecta? Antes del deterioro acelerado del medio ambiente por la actividad humana realmente no se tenía consideración ni con los bosques ni con las comunidades indígenas. ¿Por qué esperar a que nos afecte algo de manera directa e inmediata para hacer algo?

El Apu Miguel concluye afirmando que el tema ambiental abarca derechos humanos.