Ha causado preocupación entre la población los altos niveles de contaminación que presenta el río Huallaga, debido a las tres toneladas de desechos que diariamente le arroja la ciudad de Tingo María, desde el sector de Mayuna.
A esta situación extrema se suma el envenenamiento de estas aguas debido a los insumos químicos que, vía riachuelos y otros afluentes, recibe desde los laboratorios rústicos para la elaboración de pasta básica de cocaína: kerosene, acetona, ácido sulfúrico y muriático, entre otros.
Además se añade el problema de la bio-seguridad, producto del deficiente procesamiento de los residuos contaminados procedentes de los hospitales y demás centros médicos de la ciudad, que son arrojados como cualquier basura al río.
A todo esto se suma un sistema de recojo y limpieza pública de grandes carencias, pues por ejemplo dispone de unos pocos destartalados volquetes con más de 30 años de antigüedad, trabajadores sin uniforme, herramientas ni equipos de protección como guantes, máscaras, capas y botas.
Urge reactivar el relleno sanitario, que se instaló hace un tiempo sin resultados positivos por falta de promoción, mayor información a los propios vecinos, y un plan integral que ayude a salvar la vida del principal recurso acuífero de la selva central.