La provincia de Pisco posee un complejo sistema de humedales costeros, que incluyen lagunas costeras, albuferas, oasis, salinas y gramadales, que se localizan tanto adyacentes al litoral, como en las márgenes derecha e izquierda del río Pisco. Este sistema brinda importantes servicios ecosistémicos que incluyen proteger las costas contra tsunamis, servir de barrera natural ante precipitaciones intensas y ante la erosión, almacenar agua, y constituir importantes sumideros de carbono, además de brindar espacios para el ecoturismo y la educación en ecología, entre muchos otros.
Los humedales costeros de Pisco presentan una serie de problemas vinculados, principalmente, al desarrollo urbano acelerado y el crecimiento de la agroindustria y sus impactos en la valorización del suelo que promueve la destrucción y/o relleno de humedales, situación que se ve agravada por factores como el cambio climático. La gestión de estos ecosistemas frágiles requiere entender a los humedales como piezas dentro de un sistema mayor, donde es clave estudiar los procesos e interacciones entre sistemas humanos y naturales en diferentes escalas espaciales y temporales, que incluya tanto información sobre el territorio, los factores bióticos y abióticos que componen el ecosistema, los sistemas de gobernanza –formales e informales– existentes, así como los diversos usuarios de los servicios ecosistémicos. Todos estos aspectos forman parte del enfoque de sistemas socio ecológicos (SSE), que permiten una mirada integral a la compleja problemática de Pisco.
Para completar la falta de información sobre el territorio, instituciones de investigación como el Instituto Geofísico del Perú (IGP) vienen haciendo uso de metodologías no convencionales, que permiten complementar y afinar los resultados obtenidos por métodos tradicionales que a menudo incluyen extensos trabajos de campo. Estas metodologías incluyen el levantamiento de información topográfica mediante fotogrametría aérea con drones; el uso de imágenes satelitales para analizar la evolución de la vegetación; el desarrollo de análisis geológicos-geomorfológicos con el apoyo de sondajes eléctricos verticales (SEVs) para obtener la profundidad y el grado de saturación de los horizontes del subsuelo, etc.
Desde el punto de vista de dimensión humana, un desafío permanente es el desarrollo de una gobernanza participativa que incluye trabajar en el fortalecimiento de las instituciones vinculadas al ecosistema, pero también considerar los diferentes intereses particulares y grupales de los diferentes usuarios de los servicios ecosistémicos que brindan los humedales. Esto significa buscar una gestión articulada que identifique las prioridades ambientales y sociales, así como el rol y responsabilidad del Estado para proteger a los ecosistemas y que inevitablemente cruza su interacción con el ciudadano.