Palomino niega representatividad de dirigentes Obregón y Malpartida

 


Nelson Palomino, actual presidente de la Confederación de Cuencas Cocaleras, negó hoy que la congresista Nancy Obregón y la parlamentaria andina Elsa Malpartida, representen al movimiento cocalero en el Congreso.


 


“Muchos hablan ahora de la coca, ellas son compañeras de lucha pero la Confederación de Cuencas Cocaleras no lanzó a ningún congresista, por ello decimos que no tenemos representantes en el Congreso” señaló enfático en una entrevista concedida al periódico limeño Perú 21.


 


Con ese deslinde, que no hace sino reflejar la profunda división y las pugnas de poder al interior del disminuido movimiento cocalero, Palomino no sólo desconoce en voz alta la representatividad de ambas dirigentes sino que se impone como único representante e interlocutor válido para negociar el tema de la coca con el gobierno, en sus miras por consolidar su proyecto político propio.


 


Historia de divisiones. Palomino, artífice de la unificación de las hasta entonces dispersas cuencas cocaleras  y que alcanzó su punto más alto cuando en el 2002, se creó la Confederación de Cuencas Cocaleras bajo su mando; mantiene  desde entonces un distanciamiento profundo con ambas dirigentes por motivos políticos, dirigenciales y hasta personales, que  ha tenido como consecuencia directa el debilitamiento del movimiento cocalero.


 


Siendo presidente de la Confederación, Palomino fue detenido en el 2003 acusado por el secuestro de un periodista ayacuchano, acción que le costó la cárcel hasta el 2006, y esa ausencia fue muy bien aprovechada por sus entonces compañeras en la dirigencia Nancy Obregón y Elsa Malpartida, quienes rápidamente lo reemplazaron y tomaron su lugar.  A la sombra de Palomino, Obregón fue elegida presidenta de la Confederación durante tres años consecutivos, 2003, 2004  y 2005.


 


Pero Obregón nunca fue aceptada por los dirigentes de la cuenca del VRAE y más bien su gestión contribuyó a la atomización del movimiento.  Finalmente ambas dirigentes fueron declaradas traidoras al movimiento cocalero por negociar con el gobierno, en el 2004,  el Decreto Supremo 044  en el que aceptaban la realización de la erradicación de hoja de coca y la destrucción de pozas de maceración.


 


Palomino finalmente sale en libertad en el 2006 y retoma el liderazgo de una Confederación muy disminuida y dividida y que ya prácticamente sólo representa a la cuenca del VRAE; pero ya ambas dirigentes (que acaban de perder el control de sus respectivas cuencas), habían dejado atrás, de la mano de Ollanta Humala, las toscas ropas de faena y lucha y estrenaban vestido de sastre para lucir en el Congreso.


 


Para Rubén Vargas, estudioso del movimiento cocalero en el país, el mensaje de Nelson Palomino es claro, desconocer toda representatividad de ambas dirigentes a nivel nacional y afianzar su liderazgo como único representante del movimiento cocalero, en momentos que el gobierno ha lanzado un programa de desarrollo integral para la zona del VRAE y aún no define claramente la política a seguir en cuanto a erradicación de cultivos de hoja de coca y la lucha contra el narcotráfico.


 


Además, claro, catapultar su propio proyecto político, cuyo único tema es la hoja de coca, y que en las últimas elecciones regionales y municipales de noviembre, le permitió lograr el control de seis alcaldías distritales en la zona del VRAE.