El Perú debe realizar una minería artesanal y de pequeña escala (MAPE) que sea responsable con el ambiente y garantice la seguridad de las personas, contribuyendo a que los bosques amazónicos que se han perdido en la Amazonía Peruana, sobre todo en Madre de Dios, sean recuperados.
La MAPE en el Perú se dedica principalmente a la obtención de oro y se realiza de manera rudimentaria, generando deforestación, pero también impactos sociales para la región y todo el país, tales como la trata de personas, el trabajo forzoso, el sicariato, el crimen organizado, el lavado de activos y la corrupción, entre otros; sin embargo, es indiscutible que la MAPE es un importante medio de subsistencia para miles de familias.
Desde el año 2002, sin resultados sobresalientes, el Estado peruano viene fomentando un proceso de formalización de la MAPE por medio de normas e instrumentos de gestión ambiental y social para mitigar sus efectos en el entorno.
Cabe precisar que en nuestro país no existen estudios técnicos que determinen una cifra exacta de cuántas personas se dedican a la MAPE, siendo esto un impedimento para su adecuada regulación. Sin embargo, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) señala que la MAPE en el Perú está conformada por 400 000 personas aproximadamente, de las cuales, solo 9 600 se encuentran formalizadas, según el PNUD.
Asimismo, a enero de este año, en Madre de Dios se habían formalizado 170 operaciones mineras respecto a un total de 9 548 mineros que iniciaron el proceso de formalización. La prórroga del proceso de formalización minera integral hasta el 31 de diciembre de 2024 (Ley n.º 31388) es una oportunidad para que se planteen acciones que contribuyan a mejorar las cifras actuales.
El caso de la MAPE en el Perú es bastante peculiar, la legislación de la MAPE es de alcance nacional, desconociendo las realidades y necesidades locales; además, al estar mayormente vinculada a la explotación de oro, tiene una alta rentabilidad, generando que el sector haya tenido un crecimiento vertiginoso en los últimos años.
Si bien en algunas regiones del país la MAPE utiliza técnicas muy rudimentarias, en otras, como Madre de Dios, utiliza maquinaria y equipos sofisticados que sobrepasan los niveles de producción legalmente establecidos para la MAPE. A todo esto, se suma otro grave problema, el uso de mercurio y sus nocivos efectos en el ambiente y la salud humana.
Con la finalidad de revertir esta situación y tratar de equilibrar las acciones de la MAPE de oro en la Amazonía peruana, el Proyecto Prevenir de USAID, a través de su Propuesta de salvaguardas para una MAPE ambiental y socialmente responsable en la Amazonía peruana impulsa la adopción de buenas prácticas o condiciones mínimas que permitan actividades mineras más responsables.
Estas salvaguardas generarán beneficios económicos y sociales para los mineros y mineras; ayudarán a mitigar los efectos adversos de la MAPE de oro en el ambiente y en las personas; permitirán una mayor recuperación de oro, lo que incrementa el ingreso de mineros y mineras; y contribuirá al desarrollo sostenible de la región, previniendo y reduciendo la contaminación.
El proyecto Prevenir elaboró este paquete de salvaguardas mediante la realización de entrevistas a expertos nacionales y la ejecución de talleres participativos con funcionarios públicos de distintos niveles de gobierno, participando más de 120 personas y 48 organizaciones. Asimismo, la propuesta fue compartida con 65 instituciones públicas y privadas para recoger aportes, los cuales han sido incorporados en la versión final.
Las cuatro salvaguardas que el proyecto propone son las siguientes:
- Reducir progresivamente el uso de mercurio y reemplazarlo con tecnologías alternativas, tales como el uso de mesas gravimétricas, por ejemplo. La adopción de una MAPE libre de mercurio es uno de los caminos más directos para acceder a nuevos mercados y recibir apoyo del Gobierno y otros actores.
- Asegurar una operación minera eficiente, responsable y segura mediante un plan de minado y un plan de seguridad y salud ocupacional, para lograr una mayor rentabilidad y evitar costos asociados a pasivos ambientales, accidentes ocupacionales y conflictos por superposición de derechos.
- Gestionar el agua y restaurar los paisajes para una MAPE ambientalmente responsable a través de un Sistema de Manejo de Aguas Residuales (SMAR) y el cierre progresivo de minas, a fin de reducir el daño ambiental.
- Respetar los derechos humanos y garantizar el bienestar de las personas mediante la adopción de normas mínimas de conducta, que están en gran medida recogidas en la legislación nacional, pero no son cumplidas. Esto permitirá el empoderamiento de la mujer en las actividades mineras y garantizar su integridad personal.
Para la adopción e implementación de este paquete de salvaguardas se debe desarrollar una hoja de ruta orientada a la problemática y actores involucrados de las regiones específicas, así como de los diferentes sectores nacionales e internacionales, por lo que se debe realizar un mapeo adecuado de estos.
Asimismo, se debe caracterizar adecuadamente a los/ as mineros/as, diferenciando a los artesanales de los pequeños, dado que estos dos grupos tienen diferentes capacidades financieras y niveles de impacto de sus operaciones. Por este motivo, las capacidades y estrategia por utilizar para implementar las salvaguardas van a ser diferentes.
Las salvaguardas deben ser tomadas como una oportunidad de mecanismo de implementación de la actualización del IGAFOM, aprobado por Decreto Supremo n.º 017-2021-EM, el 19 de julio de 2021, y el “Plan integral frente a la minería ilegal – Plan Restauración”, que incluye un componente para formalización minera. Adicionalmente, pueden ser una parte importante para la Política Nacional de la Pequeña Minería y Minería Artesanal, actualmente en elaboración.