Compartimos una semblanza de la Asociación Pro derechos Humanos (Aprodeh) acerca de la figura de Francisco Soberón, reconocido e incasable defensor de los derechos humanos, quien falleciera recientemente:
¡Pancho Soberón vive y vivirá en el corazón de su pueblo, en la lucha por todos los derechos para todas y todos!
La Asociación Pro derechos Humanos (Aprodeh) comparte con amigos y amigas del Perú y el mundo su profundo dolor por el fallecimiento de su director fundador, Francisco Soberón Garrido, y rinde homenaje a su trayectoria y a su memoria.
Nacido en Lima, en 1948, y educado en el Colegio Markham, Pancho ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú donde estudio Sociología entre 1966 y 1972. Un evento decisivo en su acercamiento al Perú profundo fue su participación en las brigadas universitarias que socorrieron a las víctimas del terremoto de mayo de 1970 en el Callejón de Huaylas. Al egresar, se vinculó con el movimiento campesino, trabajando con cooperativas de los valles de Huaral, Chancay y Aucallama. Participó activamente en los procesos de organización y lucha que llevaron a la recomposición de la Confederación Campesina del Perú en 1973. Su compromiso militante con el movimiento campesino continuó en Yucay (Urubamba, Cusco) entre 1978 y 1979.
A partir de inicios de la década de 1980, Pancho canalizó su compromiso a través de la defensa de los derechos de las personas y comunidades que eran víctimas de la violencia desatada por las acciones terroristas de Sendero Luminoso y respondida por la acción contrainsurgente del Estado Peruano. Primero, a través del apoyo a la comisión de derechos humanos del Congreso, luego, a través de nuestra institución, Pancho tuvo un rol protagónico en la denuncia y judicialización de casos emblemáticos como Uchuraccay, Accomarca, el Frontón, la Cantuta, Barrios Altos y muchos más. En todos ellos, demostró no solo coraje y lucidez sino, sobre todo, una enorme capacidad para identificarse con las víctimas y sus familiares.
Su inagotable energía estuvo permanentemente acompañada por un indoblegable optimismo de la acción. Concurrió, en 1985, a la fundación de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, ocupando su Secretaría Ejecutiva 15 años después. Su carisma y liderazgo fue reconocido y valorado en diversos espacios, llegando a ser vicepresidente de la Federación Internacional de Derechos Humanos entre 1997 y el 2001. Desde allí tuvo un destacado rol en la creación de la Corte Penal Internacional en 1998.
La lista de personas y comunidades cuya defensa promovió a lo largo de varias décadas no solo es extensa sino también diversa. Incluye campesinos y campesinas, oficiales disidentes de la estrategia contrainsurgente, periodistas y políticos de diversas corrientes. A ello, sumo su activa participación en las luchas por recuperar la democracia tras el autogolpe de Fujimori en 1992. No solo estuvo presente en el proceso de la Marcha de los Cuatro Suyos (2000), sino que también tuvo un rol destacado en el logro de una Comisión de la Verdad (2001-2003) y en el impulso al proceso de extradición de Fujimori, su juicio y condena el año 2007.
A lo largo de su trayectoria, Francisco Soberón fue merecedor de numerosos reconocimientos de organismos internacionales, gobiernos democráticos y organizaciones de la sociedad civil.
Hoy, al dejar de compartir su voz y su presencia con nosotros, comienza una nueva existencia imperecedera e imborrable en el corazón de quienes lo conocimos y queremos. Seguirá vivo en todas y cada una de las luchas por los derechos humanos, integrales e indivisibles. Nuestro compromiso con su memoria no puede ser otro que garantizar la continuidad de la causa a la que entregó su vida.