LORETO. Personal de la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), la Policía Nacional del Perú (PNP) y la Gerencia Regional de Desarrollo Forestal y de Fauna Silvestre (Gerfor Loreto) lograron incautar alrededor de cien partes del cuerpo de animales silvestres y especies vivas que se comercializaban en el mercado de Belén, Modelo, mercado Nanay y en diversos centros de venta de artesanías ubicados en el distrito de Iquitos. Esto se logró en operativo del pasado 4 de octubre.
Entre las partes halladas se incautaron tres cráneos de felinos y unas 11 fundas de cuchillo con piel de la misma especie, ocho cabezas de lagarto de diferentes tamaños, seis pieles de serpiente, dos cabezas y partes del cuerpo de anaconda. Asimismo se encontraron siete pichuichos vivos y 11 quelonios, también llamadas tortugas.
Aunque ya se tenía conocimiento de que en los mercados citados se comercializaba fauna silvestre, fue una alerta ciudadana la que dio aviso a los equipos de investigación para proceder con la intervención. «El mes anterior ingresó una denuncia que decía que vendían animalitos en el mercado Belén, Modelo y Nanay. El mercado Belén [por ejemplo] es un lugar problemático y complicado. Tuvimos que ir con muchos policías y hemos sufrido ataques verbales; hasta empujones. Hemos hallado animales vivos, hasta disecados», informó el fiscal Yusen Caraza, para INFOREGIÓN.
Entre serpientes, tortugas, pichuichos, venados y lagartos, el operativo no logró la captura de ningún involucrado en el tráfico de especies, pues como refirió el fiscal, la investigación apunta a una posible organización criminal que lidera la trata de animales silvestres. «Cuando nosotros entramos a los mercados, todo el mundo empieza a gritar y esconder todo lo ilegal y se nos dificulta el trabajo. Pero este operativo nos ayuda a reflexionar sobre el tema», comentó el fiscal.
A pesar de realizarse labores de prevención para que la ciudadanía conozca los riegos de consumir y comercializar especies silvestres, lo cierto es que en el departamento de Loreto esta es un práctica muy común. «Los quilonios, o también llamados tortugas, son manjares (entre la población) aquí y se comercializan mucho en los mercados. Es común (verlos) en las ollas y casas de la Amazonía. Son las costumbres de la región aunque saben que está prohibido», lamentó Caraza.
A pesar de que el Perú es biodiverso, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), actividades como el tráfico ilegal de animales silvestres coloca en situación de amenaza a más de 300 especies del país. No obstante, por ser un negocio lucrativo, la población opta por ejercerlo. Por ello, continuar combatiendo esta amenaza debe ser prioridad para las autoridades competentes. La biodiversidad nacional lo requiere con urgencia.