Resaltan labor de familias indígenas y campesinas en la preservación de la agrodiversidad

La viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (Minam), Yamina Silva, destacó que la labor de miles de familias indígenas y campesinas conservacionistas permite preservar la mayor parte de nuestra agrobiodiversidad de cultivos y crianzas, uno de los patrimonios más valiosos del Perú.

La acelerada migración del campo a la ciudad y a otras actividades económicas más rentables que la agricultura tradicional han puesto en riesgo la diversidad genética de las especies domesticadas a lo largo de miles de años. Además, la mayoría de campesinos conservacionistas supera los 50 años de edad y muy pocos jóvenes desean quedarse a trabajar en condiciones de pobreza en las chacras familiares.

Ante esta situación, el Minam, junto con otros sectores, implementa diversas estrategias. Sin embargo, a diferencia de la biodiversidad silvestre (las especies y los ecosistemas), que cuenta con instrumentos como el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado y otros, no ocurre lo mismo con la agrobiodiversidad (de cultivos y crianzas), que depende directamente de la mano del hombre.

Muhy Kutichyi: El retorno de las semillas

Una de las principales estrategias para la agrobiodiversidad es la conservación de las variedades y razas nativas en las chacras de los propios agricultores, quienes son los que continúan con el proceso de domesticación y adaptación en campo de los diferentes cultivos, en un escenario que evoluciona aceleradamente con el cambio climático.

El Minam, en alianza con Bioversity International y la FAO, impulsa desde hace muchos años el mecanismo ReSCA (Muhy Kutichyi: el retorno de las semillas), que es un modelo innovador de retribución por dicho servicio ecosistémico de conservación; y que actualmente se implementa en algunos distritos piloto de 4 regiones del sur andino con fondos de cooperación, informó el Minam.

Dato:

El Minam impulsa el proceso para institucionalizar el mecanismo ReSCA como política pública, para que pronto sea un Programa Nacional que beneficie a miles de familias conservacionistas y proteja el rico patrimonio agrodiverso. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agrobiodiversidad está más amenazada que la biodiversidad silvestre; pues, más del 75 % de los cultivos tradicionales se han perdido en el último siglo en el mundo; y en las chacras de los agricultores, se ha perdido más del 90 %.