La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) Perú registra más de un millón de personas venezolanas viviendo en nuestro país, de las cuales el 42% tiene entre 18 y 29 años y el 48% son mujeres. Muchas de las cuales, migraron por la crisis económica de su país, con la finalidad de llevar ayuda económica a sus familiares, pero tuvieron que enfrentar acoso sexual, discriminación y xenofobia, así como un limitado acceso a los servicios públicos.
Así lo revela el informe “Inclusión social y económica de mujeres migrantes venezolanas en Perú. Transiciones migratorias y trayectorias laborales”, realizado por Andrea Querol, presidenta de CHS Alternativo, y Luis Enrique Aguilar, director de Políticas y Estrategias de la misma organización, el cual se realizó con metodología cualitativa y un análisis crítico con perspectiva de género y reunió la experiencia de 33 mujeres migrantes venezolanas viviendo en Perú en las regiones de Lima, Callao y Arequipa durante los años 2020 y 2021.
La referida investigación fue presentada durante el webinar “Género, migración y trabajo: experiencias de mujeres migrantes y víctimas de trata de personas en América del Sur desde una perspectiva feminista” organizado por la Global Alliance Against Traffic in Women (GAATW), que contó con la participación de organizaciones de la sociedad civil de América Latina.
En este espacio, Luis Enrique Aguilar, afirmó que “uno de los hallazgos principales del estudio fue la constatación de las difíciles condiciones laborales que enfrentan las mujeres migrantes, siendo las trayectorias laborales uno de los temas centrales en la investigación, así como también el abordaje de las transiciones migratorias, la inclusión en la sociedad peruana y el impacto de la pandemia de COVID-19 en sus vidas”.
En el informe, las participantes aseveraron que el ‘primer empleo’ que tuvieron fue informal, esporádico y precario. “La vida de una mujer migrante inicia a las 5 de la mañana y termina a las 10 de la noche, por lo que no existe el tiempo libre para ellas. Las mujeres migrantes jóvenes asumieron un rol de liderazgo económico que en Venezuela no hubieran ocupado tan prontamente”, aseveró Aguilar.
Las participantes también compartieron, en la investigación, algunas sugerencias para mejorar su precaria situación económica, tales como “impulsar políticas migratorias que aprovechen sus capacidades laborales y profesionales, trabajar por la eliminación de estereotipos relacionados a las personas venezolanas y la promoción del intercambio cultural”.
Según el estudio, el 74% de migrantes venezolanos en Perú afirma que no tiene dinero para comprar los productos de alimentos y primera necesidad, mientras que el 52% asegura que corre el riesgo de ser desalojado de su hogar por no poder pagar su alquiler.
Al respecto, Aguilar compartió algunas recomendaciones para las autoridades competentes como la urgencia de fiscalización y reconocimiento por parte del Estado respecto a las personas migrantes que se incorporan a un mercado laboral precario y asumen condiciones de inestabilidad y acoso. Asimismo, facilitar el envío seguro de remesas sin impuestos y comisiones innecesarias, otorgar una calidad migratoria definitiva sobre la situación documentaria regular y ver a las personas migrantes como agentes de cambio, con una estrategia que las y los integre, informó CHS Alternativo.
Sobre el estudio
- CHS Alternativo, en coordinación con la Alianza Global contra la Trata de Mujeres (GAATW), en el marco del proyecto Género, migración y trabajo: experiencias de mujeres migrantes en América Latina desde una perspectiva feminista, desarrolló una investigación simultáneamente con otras cuatro organizaciones de la región situadas en Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay. Todas estas vivencias han sido exploradas considerando las redes de apoyo que han tenido a lo largo del periodo de tiempo relatado y cómo ello ha influido notablemente en las decisiones que han tomado en el aspecto migratorio, económico y social.