APURIMAC. Por su labor y contribución en la restauración y conservación de diversos cultivos de papa, oca, olluco, añu, maíz, quinua y kiwicha, que se encuentran en riesgo de desaparición, el Ministerio del Ambiente (Minam) reconoció esta mañana el valioso trabajo de 85 familias de agricultores tradicionales de 10 comunidades campesinas de los distritos de Huayana, Chaccrampa, Chiara y Tumayhuaraca, en Apurímac.
Gracias a esta acción agrícola se ha logrado recuperar 33 variedades nativas, como son: 5 cultivares de maíz, 10 de papa, 4 de oca, 4 de olluco, 4 de añu, 3 de quinua y 3 de kiwicha.
El acto de entrega de las retribuciones se realizó esta mañana en la Plaza de Armas de Huayana, durante la ceremonia denominada “Muhu kutichiy: el camino de retorno de las semillas”, destacando los mecanismos tradicionales como el trueque, el ayni y la minka, asegurando la sostenibilidad de los sistemas alimentarios tradicionales y la provisión de recursos genéticos desde Apurímac para el mundo.
En el marco de la conmemoración de los 200 años de independencia nacional, desde el Minam se reconoce a estas familias de agricultores tradicionales como “Agricultores del Bicentenario de Apurímac”, por los esfuerzos realizados en favor de la seguridad alimentaria y, sobre todo, por conservar la agrobiodiversidad, valioso patrimonio genético de la nación, heredero de nuestras culturas milenarias.
Como parte de las retribuciones se entregaron equipos e insumos para fines agropecuarios, que consisten en herramientas agrícolas como chaquitaqllas, azadones, zapapicos, mangueras para riego, carretillas y calaminas, entre otros equipos. Asimismo, se efectuó la devolución de semillas de cultivares entregadas al inicio de la campaña agrícola, las mismas que permitirán incentivar y revalorar la agrobiodiversidad en otras comunidades campesinas en sus dinámicas tradicionales de conservación.
Dato:
El Minam, con el soporte científico de Bioversity International, viene desarrollando el mecanismo ReSCA, cuyo propósito es la recuperación de cultivos en riesgo y lograr el incremento de la agrobiodiversidad actual en las comunidades campesinas, para garantizar la seguridad alimentaria, enfrentando así los riesgos asociados con el cambio climático y generando mejores posibilidades de ingresos económicos para los agricultores a partir de la conservación.