Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono: El «eterno» agujero

En 1994, la Asamblea General de Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre como Día internacional de la preservación de la capa de ozono. Sin embargo, ¿el agujero que horada su extensión ya se encuentra controlado? 

Hace 30 años, los seres humanos se dieron cuenta de que ciertas sustancias usadas en actividades cotidianas agujereaban la capa de ozono, la cual comenzaba a deteriorarse considerablemente. Ello generó daños perjudiciales que afectan nuestro sistema inmunológico como el cáncer de piel y las cataratas.

La importancia de la capa de ozono radica en su capacidad de absorber gran parte de la radiación ultravioleta del sol. Sin embargo, en los años 80 el uso de productos con sustancias nocivas, principalmente el CFC (clorofluorocarbonos) y los HCFC (hidroclorofluorocarbonos), lograron que esta capa -que cubre la atmósfera- se redujera significativamente. En 1985, la comunidad internacional advirtió el peligro de esas sustancias para el planeta. 

Fue así que en virtud del Convenio de Viena, firmado por 28 países, se aprobó la protección de la capa de ozono. Posteriormente, se concretó en 1987 el Protocolo de Montreal. Este último acuerdo propuso una serie de acciones para que los países eliminen los productos químicos que ponían en peligro la vida en la Tierra. Sin embargo, la grieta en la capa de ozono persiste. 

La evolución del agujero

En 2019, el agujero de ozono Antártico fue uno de los menores registrados desde 1990. Aunque el Protocolo de Montreal fue un éxito, la concentración de sustancias nocivas es suficiente para mantener la destrucción de la capa de ozono en la primavera Antártica. Cada año comienza el proceso de la destrucción de ozono sobre la Antártida tras haber alcanzado, en invierno, temperaturas de -78ºC. 

Según el programa de Observación de Atmósfera Global de la Organización Meteorológica Mundial, el Servicio de Monitoreo Atmosférico Copérnico del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF por sus siglas en inglés), la NASA, el ministerio de Medioambiente y Cambio Climático de Canadá, etc, advirtieron que el agujero en el 2020 parece haber alcanzado su máxima extensión.

«El agujero de ozono de 2020 se parece al de 2018, que también fue un agujero bastante grande, y definitivamente está entre los de mayor tamaño de los últimos quince años más o menos», alertó la Organización Meteorológica Mundial, (WMO por sus siglas en inglés), en un comunicado de prensa. 

Un dato interesante para comprender lo que ocurre con el agujero de la capa de ozono es que este no es estático, sino que su dimensión fluctúa de forma regular. En el 2020, el agujero creció rápidamente desde mediados de agosto y alcanzó un máximo de alrededor de 24 millones de kilómetros cuadrados a principios de octubre. Es decir, un tamaño similar al de Norteamérica. 

El efecto invernadero, otro factor a considerar

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), muchos halocarbonos, incluidos los CFC y HCFC, son verdaderos gases de efecto invernadero, pues absorben la radiación infrarroja que emite la Tierra en una gama espectral en la que la energía no es eliminada por el CO2. 

Recordemos que el principal efecto radiativo del CO2 y del vapor de agua es calentar el clima a nivel de la superficie terrestre pero enfriar la estratosfera, zona donde se encuentra la capa de ozono.   

Si el clima se hace más cálido; es decir, se calienta, otros parámetros climáticos también se modifican. Uno de ellos es, por ejemplo, el nivel del mar, que en los últimos 100 años ha crecido una media entre 10 y 20 centímetros. El aumento se debe principalmente a la llamada «expansión térmica» del agua de mar, es decir, a la dilatación del agua a consecuencia del calentamiento. Otro indicio es el retroceso y el derretimiento de los glaciares. 

Una posible esperanza 

Los cambios en el tamaño del agujero de la capa de ozono dependen, en gran medida, de los vientos que se forman en la Antártida y que se producen por las diferencias de temperatura entre latitudes así como la propia rotación terrestre. 

Desde que los investigadores se dieron cuenta de la peligrosidad del agujero de la capa de ozono, se tomaron medidas para luchar contra su expansión. Desde la prohibición de los clorofluorocarbonos (los famosos CFC’s) en el Protocolo de Montreal de 1987, los avances han sido significativos. 

Pero, según datos anuales, los problemas aún no terminan, pues se calcula que la recuperación de la capa de ozono es lenta y la predicción científica apunta que esta volverá a alcanzar su estado normal, aproximadamente, en las décadas de 2050 o 2060. 

Eso alienta una esperanza en la recuperación de la capa de ozono, pero es preciso remarcar que los informes científicos afirman que este proceso es lento debido a las medidas tomadas para continuar preservando esta capa atmosférica. 

Hoy, gracias a los satélites, contamos con herramientas para monitorizar los factores que afectan a la capa de ozono y saber cómo evolucionará en el futuro. Pero más allá de datos anuales concretos en un momento determinado, es importante, según los informes científicos, analizar la tendencia de la capa de ozono a nivel global. Todos los países deben estar comprometidos con su preservación, pues su importancia es indudable. 

Fuentes: 

BBC News Mundo. (2020b, octubre 9). Capa de ozono: por qué el agujero de la Antártida es el más grande de la última década (y no es necesariamente una mala señal). BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-54472884

IPCC. (2018) La protección de la capa de ozono y el sistema climático mundial. Cuestiones relativas a los hidrofluorocarbonos y a los perfluorocarbonos. https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/03/sroc_spmts_sp.pdf

Latif, M. (1995, 21 septiembre). Agujero de ozono y efecto invernadero. EL PAÍS. https://elpais.com/diario/1995/09/21/opinion/811634409_850215.html

Flores, J. A. S. (2021, 18 enero). National Geographic. www.nationalgeographic.com.es. https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/agujero-capa-ozono-antartida-alcanza-maximos-historicos-registrados_1601