Por su riqueza y diversidad ecológica y cultural, el Perú puede alcanzar a ocupar un lugar importante en el ámbito internacional para enfrentar el cambio climático, si toma una serie de medidas desde el Estado que le permitan conservar sus bosques tropicales.
Pero, ¿Cuáles deberían ser las principales medidas que debería adoptar el Estado peruano?, ¿Cuál es la importancia del Perú frente al cambio climático?, ¿Qué papel juegan los movimientos ecuménicos en este escenario? Estas y otras interrogantes son respondidas en el libro “Verde y Fraterno: El Perú del Tercer Siglo y la Crisis Ecológica Global”, escrito por Ernesto Ráez Luna, en el contexto de la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales – IRI Perú.
Para el autor y biólogo, “la protección y restauración de los bosques tropicales y los humedales del Perú resultan de primera prioridad; porque la mayor contribución nacional imaginable, para enfrentar la crisis ecológica global y la emergencia climática, reside justamente en la conservación de dichos ecosistemas”.
El libro nos lleva también a tomar consciencia sobre el impacto negativo que tendría para la vida humana, la inacción frente al cambio climático. “La calidad de vida y los prospectos de prosperidad nacionales se verán afectados muy negativamente por el trastorno del clima global. Está, entonces, en nuestro mejor interés que la mitigación ocurra con la mayor velocidad posible y con metas ambiciosas de reducción de emisiones y recuperación de sumideros de carbono”, explica el autor.
Recuerda, además, que en el seno de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, el Perú se ha comprometido en cumplir con varios de sus objetivos, al igual que otras naciones. “Las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) peruanas sumaban, hasta diciembre de 2020, 62 medidas de mitigación del cambio climático (reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en territorio peruano) y 91 medidas de adaptación al cambio climático. Las medidas atañen prácticamente a todos los sectores de la economía nacional e involucran a todo el Estado. Inevitablemente, las NDC requieren la participación y la colaboración de las empresas privadas y la ciudadanía organizada”, precisa la publicación.
Las NDC constituyen la mayor apuesta coordinada del Estado peruano para la acción ambiental pues, se teme que el cambio climático podría ocasionar otras pandemias como la del COVID-19, en el futuro, como coinciden otros expertos.
Ráez Luna nos invita a tener presente que “la mayor parte de nuestra superficie continental está cubierta de bosques y humedales que aportan extraordinarios sumideros y reservas de carbono. Ambas circunstancias, nuestra alta vulnerabilidad y la función climáticamente benéfica de nuestro irremplazable patrimonio natural, deberían otorgar al Perú una voz influyente y potente en la política internacional del cambio climático”.
“Verde y Fraterno: El Perú del Tercer Siglo y la Crisis Ecológica Global”, se presentará el próximo 15 de setiembre a las 5:00 PM a través de la plataforma digital de IRI Perú, iniciativa que desde varios años cumple un papel importante en el debate nacional acerca de un tema que nos involucra a todos, como es, el cuidado y la puesta en valor de nuestros bosques tropicales.