El Perú también tiene una riqueza en variedad de especies de anfibios. Hasta dónde llegó esta fama, que en los últimos años, el travieso «Bart» (de la serie animada «The Simpsons») lucía orgulloso un «sapo guerrero del Perú» (sic) en uno de los capítulos difundidos por la televisión. Sin embargo, una especie de estos anfibios peligra por las amenazas que sufre. Hablamos de la rana gigante del Titicaca (Telmatobius culeus), cuya problemática les invitamos a conocer con nosotros.
La gran biodiversidad que posee el Perú es notable en cuanto a los anfibios, que suman unas 622 especies identificadas, nada menos, entre terrestres y acuáticos. La mayor parte de esta variedad se encuentra en nuestra Amazonía, sobre todo en el Parque Nacional del Manu, área natural protegida ubicada en la región Madre de Dios. Cabe resaltar que las culturas quechua y aimara veneraban a los anfibios, en general, y los asociaban con ritos al agua y a la fecundidad.
La rana gigante del Titicaca es un anfibio que habita por encima de los 3800 m.s.n.m. en el mencionado lago, el lago navegable más alto del mundo, situado entre el Perú y Bolivia. En el Perú, además, a podido ser avistada en las lagunas Saracocha, Umayo, Chajchora, Arapa y en el río Ilave. Este anfibio realiza la mayor parte de sus actividades bajo el agua. Destaca la gran longitud de sus patas que le facilitan el desplazamiento. Se alimenta de pequeños, peces, renacuajos, insectos y caracoles. Su rostro es ancho y aplanado, además de contar con ojos grandes.
La piel se este animal es holgada y suave, la cual forma pliegues en su cuerpo. Hablamos de animales solitarios. Se han encontrado ejemplares con colores que van del verde olivo hasta el blanquecino. Cabe citar que hace 50 años se reportaron ejemplares de 50 cm de largo con un peso aproximado de un kilo. Se sabe que esta especie tiene mayor actividad en horas de la noche.
Amenazas
La rana gigante del Lago Titicaca es una especie categorizada como en Peligro crítico (CR), de acuerdo al Decreto Supremo N°004-2014-MINAGRI, que aprueba la categorización de especies amenazadas de fauna silvestre, además está incluida en el Apéndice I de la Convención (CITES), y como la mayoría de anfibios es clave para varios ecosistemas acuáticos y terrestres.
Este anfibio se enfrenta a una serie de amenazas como el cambio climático, la reducción de su hábitat, la contaminación del lago Titicaca, el comercio ilegal de animales como mascotas y alimentos (incluidos los “batidos verdes” que se venden en los mercados locales) y productos medicinales (para su uso como afrodisíaco y para tratar diversas dolencias), la introducción en el lago de trucha y pejerrey que se alimentan de renacuajos, y las enfermedades que han diezmado las poblaciones de esta rana.
Al respecto, citemos un caso sucedido en el 2019. Por entonces, en el puesto de control de Pucusana, se hallaron 2517 ranas gigantes del Titicaca llevadas en un bus con destino a Lima, procedente de Ica. Estos anfibios serían utilizados para hacer jugos y batidos, los cuales fueron extraídos de manera ilegal de Puno, y transportados apiñados en cajas pequeñas de madera. Se hallaban deshidratados y sin alimentos, en la bodega del bus como si fueran encomiendas.
Por la cantidad de ejemplares encontrados se presume que iban a ser distribuidos en los mercados de Lima para ser usados en la preparación de extractos de ranas, ante la creencia infundada que estos curan enfermedades respiratorias, que son tonificantes o afrodisiacos. Estas prácticas ponen en riesgo a miles de ranas que son extraídas de su hábitat para ser transportadas en hacinamiento y bajo pésimas condiciones de salubridad.
Iniciativas para su conservación
En el año del 2016, la Reserva Nacional del Titicaca fue escenario del primer monitoreo de inmersión realizado en ese lago como parte del estudio de investigación de la rana gigante, proyecto impulsado por el Zoológico de Denver y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Desde el 2018 existe un plan binacional entre el Perú y Bolivia para salvar a esta especie. Aquí se inscribe la labor desarrollada por el Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca (PEBLT).
Para el 2019 el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) realizó la exposición fotográfica “Conociendo a la Rana Gigante del Titicaca, la historia de un anfibio en peligro de extinción” en la Casa de la cultura de la ciudad de Puno. El evento sirvió para que la ciudadanía tenga ocasión de ampliar sus conocimientos sobre esta especie y conocer la importancia de su conservación.
Una notable iniciativa para concientizar entre la población la necesidad de preservar la existencia de este anfibio la dio el Banco Central de Reserva (BCR). Esta entidad puso en circulación la décima y última moneda de un sol de la serie numismática “Fauna Silvestre Amenazada del Perú”. En esta ocasión, la moneda acuñada alusiva a la rana gigante del Titicaca fue puesta en circulación el pasado 4 de noviembre del 2019. La imagen del animal se observa en el reverso de la moneda, en la parte central.
El biólogo Jhazel Quispe lidera la organización Natural Way, en Puno, que tiene como eje central la conservación de especies en peligro crítico de extinción y, especialmente, la rana gigante del Titicaca. Desarrollaron un monitoreo de la especie entre los años 2017 y el 2018, hecho que no pudo seguir en el 2020 por la pandemia. Para el 2022 se espera continuar con esta investigación. Además, implementan acciones para involucrar a los lugareños en la conservación del anfibio.
Fuentes: Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca, Sernanp, Re:wild, Serfor, Mongabay, Revista Peruana de Biología vol.26 no.4