Al iniciar el proceso de vacunación en el Perú, las comunidades indígenas estaban previstas para ser inoculadas en la segunda fase, después del personal de primera línea y adultos mayores. Sin embargo, dicha programación fue modificada. Ahora la secuencia de vacunación depende del rango de edad, además de priorizar a las personas con diferentes enfermedades o comorbilidades.
Si bien las autoridades todavía tienen previsto inocular a las poblaciones nativas, se debe tener en cuenta una estrategia intercultural. Esto garantizaría una vacunación ordenada e informada. Además, tendría en cuenta las dificultades territoriales que existen en cada comunidad nativa.
Hasta la fecha, vale mencionar, según la Sala de población indígena con Covid-19 del Ministerio de Salud, 29 731 nativos han contraído la enfermedad y 631 han fallecido por la misma.
Desinformación
El pasado mayo, una encuesta realizada por la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (Orpio), la Organización Regional Aidesep Ucayali (ORAU) y entidades privadas mostró cifras preocupantes. El 66.2% de indígenas de Loreto y Ucayali no pensaba vacunarse, mientras que 33.8% sí contemplaba hacerlo.
En esta misma encuesta, se pudo observar que los motivos eran distintos: 31.7% señaló que era por falta de información, 22.9% por miedo, 22.6% porque no quiere morirse y 10.1% por desconfianza. Asimismo, 3.9% por miedo a los efectos secundarios de las dosis.
Según una publicación Ojo Público en marzo, diferentes noticias falsas también han estado circulando en los pueblos indígenas. Los nativos recibieron mensajes en sus redes sociales que satanizaban el proceso de vacunación. En las comunidades de Junín y Pasco, por ejemplo, circuló que la inoculación servirá para reducir la población indígena.
En Huánuco, por su parte, se hablaba de supuestos chips que estaban dentro de las dosis y que servirían para controlar a las personas. En Ucayali y Loreto, por ser las regiones donde más crímenes contra los defensores ambientales se han cometido, se informaba que el gobierno quería matar a las comunidades nativas para quedarse con sus tierras.
Consecuencias
En mayo, según informó el módulo de la Defensoría del Pueblo en Tingo María, los representantes de la Federación de Comunidades Nativas de Puerto Inca se mostraron preocupados, ya que nueve comunidades de la organización no deseaban vacunarse contra la covid-19. El motivo principal de la decisión era que tenían temor a que las dosis no sean efectivas y que tengan consecuencias contra la salud.
El 17 de junio, la Federación Indígena Shawi de San Martín lanzó un comunicado manifestando que solo nueve personas se vacunaron en la comunidad nativa de Santa Rosa; mientras que nadie lo hizo en San Manuel de Nashatuari.
Tanto en el caso de Puerto Inca y de los Shawi, la razón principal del problema es la falta de información que brinda las autoridades hacia las comunidades nativas. La Defensoría del Pueblo de Tingo Maria recomendó a la Red de Salud de Puerto Inca a que difundan información pertinente ante las noticias falsas que circulan. Por su parte, la organización de los shawis exhortó a las autoridades a que se realice una vacunación informada.
#VacunateInformado | La Federación de comunidades del pueblos Shawi, se pronuncia al respecto y solicita información con pertinencia cultural antes de ingresar a sus territorios con la vacuna. Aquí el pronunciamiento: pic.twitter.com/RCqQlLjZCq
— AIDESEP (@aidesep_org) June 17, 2021
Enfoque intercultural
En el caso de la comunidad Shawi, uno de los pedidos que también realizaron era que se detenga la campaña de inoculación hasta que se establezca una estrategia con enfoque cultural. Según indicó la médico, investigadora y doctora en geografía de la salud Carol Zavaleta a Servindi, se debería trabajar con los líderes indígenas y contar con personal que domine tanto el español como la lengua nativa.
“El idioma es bien importante porque un espacio de salud es emocionalmente vulnerable. Imagínese que el que te esté atendiendo no entienda lo que tú le dices y no te pueda transmitir lo que quiere decirte”, señaló Zavaleta al medio.
El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (Filac) informó que hasta el momento no se cuenta con una estrategia ni campaña masiva e intercultural que informe a las comunidades nativas sobre los diversos aspectos de la vacunación.
“Son múltiples los casos reportados por organizaciones indígenas y otras fuentes sobre campañas contrarias a las vacunas que formalmente llaman a evitar la inoculación por diversas causas que en general no tienen sustento serio.”, explicó el Filac.
Asimismo, el mismo ente plantea una Estrategia de inmunización intercultural. Este plan tiene como punto de inicio las pautas alimenticias, las formas de vida, el tratamiento de enfermedades previas. Debido a que, estas acciones forman parte de sus comportamientos.
“No se trata solo de la vacunación. La estrategia de inmunización intercultural va mucho más allá porque aún en el mejor de los escenarios futuros, la aplicación de las vacunas no resolverá en forma total los desafíos que impone el virus.”, informó el Filac.
El pasado 15 de junio, el Presidente de la República, Francisco Sagasti, anunció la implementación de la entrega de más de 11 mil dosis de vacunas y 40 concentradores de oxigeno a la región Madre de Dios. «También supervisaremos la jornada de inmunización (…)», dijo el presidente Sagasti en su cuenta de Twitter. Se espera que en la inspección se tenga en cuenta el proceso de inoculación de las comunidades nativas, para que reciban una vacunación segura e informada.
Hoy continuamos con las #AccionesEnLasRegiones con la entrega de más de 11 000 dosis de vacunas y 40 concentradores de oxígeno para la región Madre de Dios. También supervisaremos la jornada de inmunización y los avances de reforestación en la Reserva Nacional Tambopata. pic.twitter.com/qpY7sGwp5w
— Francisco Sagasti (@FSagasti) June 15, 2021