LIMA. Mientras esperamos los resultados oficiales para proclamar al nuevo presidente del Perú, el Congreso de la República aprobó el texto sustitutorio que dictamina la Ley General de Museos, deslizando la posibilidad de futuras censuras, atentando contra la libertad artística y curatorial. Esta iniciativa fue aprobada por unanimidad por 108 votos y se exoneró de la segunda votación. Además, la norma se aplicará en todas las entidades públicas y privadas, y alcanza a las personas naturales y jurídicas que albergan, gestionan, exhiben y difunden colecciones de bienes del Patrimonio Cultural de la Nación.
Según el artículo 30.3.3 de esta Ley, aprobada el viernes 11 de junio, algunas de las infracciones son:
Lo que implica no solo una posible censura, sino el peligro de manipular o tergiversar los contenidos que producen los diversos espacios de arte en todo el país. Esta Ley, iniciativa del congresista Alcides Rayme (Frepap), ya había sido observada en abril por la Asociación de Museos del Perú:
Sanciones preocupantes
Para Pedro Pablo Alayza, presidente de la Asociación de Museos del Perú y director del Museo Pedro de Osma, las infracciones son realmente preocupantes. «Controlarían los contenidos de los museos con el pretexto de alterar y modificar la memoria colectiva de la ciudadanía. Definitivamente es alarmante… estos elementos se prestan para interpretaciones arbitrarias por parte del ente sancionador», afirmó a Inforegión.
Por otro lado, especialistas de la Asociación de Museos del Perú dijeron que se planteaban una serie de sanciones económicas y administrativas completamente desproporcionadas y hasta abusivas. «Los museos son instituciones sin fines de lucro con presupuesto bastante reducido que no cuentan con recursos ni para pagar una falta leve. De aplicarse conllevaría a la desaparición de buena parte de museos públicos y privados, y por ende generaría un gran peligro para la preservación del Patrimonio Cultural», concluyeron.
¿Cuál es la verdad de la memoria histórica del país?
«Cuando trabajé como parte del Comité Curatorial de la muestra permanente del Lugar de la Memoria, se nos quedó muy evidente que la historia, el relato que estábamos haciendo de estos años, con participación diversa y muchos textos, era una memoria en construcción. Cuantos más miradas hubiese, esa memoria iba a ser más completa. No podíamos decir que la memoria de uno o de otros era la que valía o la definitiva. Eso no solamente pasa con temas más recientes y polarizados, como la memoria; sino, pasa en todo relato», comenta Natalia Iguiñiz, artista, docente y activista política.
Además, menciona que no podemos permitir que se hable en nombre de la verdad, como si fuera una sola y como si fuera fija. «Eso es peligrosísimo. Eso abre la puerta a posturas negacionistas, cosas que no tienen ningún asidero en la vida democrática», agregó Iguiñiz.
Finalmente, dijo que sería un peligro aprobar esta Ley porque va a dar pie a censuras de diverso calibre sobre cualquier cosa. «No se podría hacer una muestra de ningún tipo, ni de historia, ni de arqueología, ni de antropología, ni de memoria, de nada con la amenaza de esas interpretaciones auténticas. Si sale esto, sería realmente nefasto», finalizó en diálogo con Inforegión.
El presidente Sagasti debería observar esta Ley
Fuentes del Ministerio de Cultura informaron a Inforegión que ni uno de los congresista ‘quería meterse’. «Hubo mucha bulla (en el ‘mundo del arte’). Pero nadie en el Congreso quiso defender el tema», aseguraron.
Algunos de los comentarios que realizaron desde el Mincul, en sesión del Congreso, al Texto Sustitutorio de esta Ley:
- Estas infracciones se prestan a interpretaciones arbitrarias que pueden ser utilizadas, inclusive, ilegalmente. Nuevamente, la intención es política y serviría de argumento a sectores negacionistas.
- Todo ello, además de arbitrario, es contrario a lo que debe ser un museo: una institución abierta, inclusiva, dispuesta a crear pensamiento crítico.
- La apología al terrorismo, como todos los delitos, están regulados penalmente. Solo hacer referencia a éste, y no a otros como el feminicidio, la violencia sexual, el racismo, entre otros delitos con altas tasas de comisión en el país, tiene una intención política más que evidente, de la cual, como sector, no podemos ser parte.
Se espera que el presidente Sagasti observe la Ley.
El arte no puede ser censurado.