Cambio climático en el valle del Mantaro

El cambio climático es una realidad y el valle del Mantaro no es ajeno a sus impactos. Entre 1976 y 2020, la temperatura máxima del valle se incrementó sostenidamente en +0.3 °C por década, así como la temperatura mínima en +0.12 °C; mientras que las lluvias tienden a reducirse en -3 %. (-21.3 mm por década). Las implicancias de estas condiciones son preocupantes y aún no tenemos capacidad preventiva en la población para afrontarlas.

Los inicios de las lluvias en la cuenca del Mantaro durante el periodo de 1965-2013 han sido cada vez más tardíos, acortándose la temporada de precipitaciones a razón de tres días por década; es decir, en 100 años podríamos tener un mes menos de lluvias que dejaría graves estragos, principalmente en el sector agrícola, el más dependiente de las lluvias. En la presente campaña de lluvias 2020/2021, el inicio también fue tardío, entre el 28 de noviembre al 2 de diciembre, con 55 días de retraso respecto al promedio.

A esto, se sumó la ocurrencia de dos veranillos en febrero, ocasionando que ese mes sea seco y haya acumulado 30.3 mm, siendo el normal climatológico (1981-2010) 132 mm; es decir, 102 mm menos que su promedio. Asociado a los días secos, ocurrieron heladas en las partes altas del valle y en el valle mismo las temperaturas mínimas descendieron hasta 0.2 °C el 19 de febrero. Estas señales, indican que el cambio climático está afectando la variabilidad climática en el valle.

Estamos ante una situación compleja; sin embargo, hay tiempo de revertir esta problemática para evitar que los impactos empeoren. Para ello, debemos tomar consciencia y hacer cambios rápidos de largo alcance. Como país, se necesita capacidad de respuesta, prepararnos para sumar esfuerzos en todos los niveles de gobierno, el sector privado y la sociedad civil, para lograr una gestión integral del cambio climático articulando políticas públicas.

Asimismo, dar cumplimiento a la Ley Marco de Cambio Climático y a los instrumentos de gestión del cambio climático: Contribuciones Nacionalmente Determinadas, la Estrategia Nacional del Cambio Climático y Estrategias Regionales de Cambio Climático, para lograr las metas de adaptación y mitigación que el país se ha comprometido al 2030, como la reducción de las emisiones del CO2 en un 40 por ciento.

En la medida de nuestras posibilidades, debemos contribuir a enfrentar las adversidades del cambio climático, ahorrando energía, empleando energías limpias, reduciendo el consumo innecesario del agua y educando a los niños en el cuidado del ambiente. En tanto, el IGP cuenta con el Observatorio de Huancayo, con 99 años de creación, que realiza aportes científicos gracias al estudio, recolección y monitoreo de datos del campo geomagnético y la alta atmósfera, para el desarrollo de investigaciones. Es ciencia para avanzar, ciencia para protegernos.

Fuente: IGP