El cierre total o parcial de las escuelas en América Latina y el Caribe deja actualmente a unos 114 millones de estudiantes sin escolarización presencial, según Unicef. Un año después del comienzo de la pandemia, América Latina y el Caribe sigue siendo la región del mundo con el mayor número de estudiantes que aún no asiste a las aulas. Los niños y niñas de esta región han perdido en promedio 158 días de clases presenciales.
A la fecha, sólo siete países de América Latina y el Caribe han abierto completamente sus escuelas. En 12 países y territorios las escuelas permanecen completamente cerradas y en el resto de la región están parcialmente cerradas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno para garantizar la continuidad de la educación a distancia a través de plataformas virtuales, radio y televisión, las interrupciones escolares han tenido un impacto negativo en los logros de aprendizaje, en términos de protección, salud física y mental y en las perspectivas socioeconómicas de los estudiantes en el futuro.
En el Perú
El gobierno aprobó una norma que tiene como objetivo abrir las escuelas, comenzando por el ámbito rural considerando el mapa de incidencia de la enfermedad, es decir donde esta sea muy baja. Una segunda observación son las condiciones de bioseguridad, es decir escuelas que cuenten con agua para el lavado de manos, baños en condiciones adecuadas y materiales necesarios en esta época de pandemia como mascarillas, jabón, gel, alcohol y productos de limpieza. Adicionalmente, la medida no es obligatoria por lo que, para reabrir la escuela, la comunidad debe estar de acuerdo. Este proceso será seguro, gradual, flexible y tiene que contar con la voluntad de todas las partes antes de reabrir las aulas.
Una encuesta nacional realizada por Ipsos en octubre del 2020 mostró que el 59% de los consultados consideraba que las clases debían ser presenciales en el 2021, mientras que un 37% sostuvo que la modalidad virtual tendría que continuar. Frente a la pregunta de si el gobierno dispusiera el retorno a clases presenciales para este 2021, el 49% de los padres de familia dijo que sí enviará a sus hijos a la escuela, contra un 28% que no lo haría.
Si bien el temor es una condición que existe en las familias, también lo es el que sus hijos e hijas continúen perdiendo clases o no puedan seguir la propuesta virtual que hoy se utiliza a nivel nacional. De acuerdo con las estimaciones del Minedu, 705 mil niñas, niños y adolescentes han interrumpido sus estudios entre el 2019 y el 2020 o están en riesgo de hacerlo. De ellos, 597 mil de Instituciones Educativas Públicas y con una alta presencia de adolescentes en educación secundaria.
Otro aspecto que redunda en los estudiantes al quedarse en casa es el aspecto emocional. De acuerdo con el estudio “Salud mental y adolescencia en días de pandemia” elaborado por el Ministerio de Salud, a través de la Dirección de Salud Mental (Dsame), con el apoyo de Unicef, entre los estudiantes a quienes les gustaron las clases por internet y no tuvieron problemas académicos, solo 2 de cada 10 presentaron dificultades emocionales. Sin embargo, si los chicos y chicas no se acostumbraron a esta manera de enseñanza y les fue mal académicamente, la cifra se eleva a 7 de cada 10. Por todas estas consideraciones es que se hace necesario tomar las medidas que permitan el retorno a las aulas.
Consecuencias del cierre de escuelas
“En ningún otro lugar del mundo hay tantos niños sin educación presencial”, dijo Jean Gough, Directora Regional de Unicef para América Latina y el Caribe. “Esta es la peor crisis educativa que ha enfrentado la región en su historia moderna. Muchos niños y niñas ya han perdido un año de escolarización presencial; ahora empezaron a perder otro año más. Cada día adicional sin clases presenciales pone a los niños y niñas más vulnerables en riesgo de abandonar la escuela para siempre”.
Cuanto más tiempo permanezcan los niños, niñas y adolescentes fuera de la escuela, es menos probable que regresen. Se estima que más de 3 millones de estudiantes en la región podrían abandonar definitivamente sus estudios a causa de la pandemia. En una región donde antes de la Covid-19 muchos estudiantes de primaria y secundaria no alcanzaban los niveles básicos de competencias en matemáticas, lectura y escritura, el impacto de las interrupciones escolares en el rendimiento de aprendizaje será severo y duradero.
Según un informe reciente del Banco Mundial, es posible que el 71% de los estudiantes de educación secundaria inferior, en América Latina y el Caribe, no sean capaces de entender un texto de extensión moderada. Antes de la pandemia, la cifra era del 55 por ciento. Ese porcentaje podría aumentar al 77% si las escuelas permanecen cerradas durante tres meses más. En medio del cierre de las escuelas, Unicef ha apoyado a unos 45 millones de estudiantes en 24 países de la región en la provisión de programas a distancia; además, 9 millones de niños, niñas, padres, madres y cuidadores primarios han recibido apoyo en salud mental y psicosocial en la comunidad.
“Los programas de educación a distancia deben continuar y ampliarse para llegar a más y más niños y niñas, pero nunca sustituirán la escolarización presencial en el aula con un maestro, especialmente para los estudiantes más vulnerables. No estamos pidiendo que todas las escuelas vuelvan a abrir en todas partes al mismo tiempo; estamos pidiendo que las escuelas sean las primeras en abrir y las últimas en cerrar. Varios países de América Latina y el Caribe han logrado grandes avances en priorizar una reapertura escolar urgente y gradual; ahora es el momento de que otros sigan el mismo camino en toda la región”, agregó Jean Gough.
Al respecto, Unicef expresó que reconoce los esfuerzos realizados por los gobiernos y las autoridades educativas de la región que trabajan junto con aliados y contrapartes para continuar mitigando los riesgos inherentes a la interrupción de la educación y su impacto en los niños, niñas y adolescentes, se informó a INFOREGIÓN.
La semana pasada, los Ministros de Educación de Centro América y República Dominicana se comprometieron a priorizar la reapertura urgente y paulatina de las escuelas. Unicef elogió la decisión pionera a implementarse con urgencia e hizo un llamado a las autoridades educativas de otras partes de América Latina y el Caribe para que avancen en la misma dirección. Ante la urgente necesidad de generar consciencia sobre la importancia de la reapertura y el impacto que tiene en niños y niñas de la región, Unicef lanzó su campaña #LasEscuelasPrimero que refleja el estado de las aulas en la región, millones de sillas vacías a la espera de que los estudiantes retomen clases y continúen su proceso de aprendizaje.